Eran cerca de las diez de las noche. Una larga fila esperaba por la posibilidad de acceder al Perry’s Stage para ver la presentación de Steve Aoki. Pero fue imposible. El Movistar Arena había cerrado sus puertas al menos una hora antes. Así lo indicaba el semáforo instalado el año pasado, con el que se va avisando la capacidad que presenta el recinto del Parque O’Higgins.
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Hubo malestar. Algunos reclamaron, mientras personas del a organización trataban de hacer entrar en razón al público, que era imposible entrar. Una acción que se tuvo que tomar luego de que los encargados de las entradas no vieran reacción a los mensajes que se transmitían por megáfono. Pero todo quedó ahí. A diez minutos de la medida, la fila bajo considerablemente y muchos decidieron ir a disfrutar de otro show del cierre de la segunda joranda de Lollapalooza Chile.
«El semáforo depende de la Gerencia de Eventos del Movistar Arena en coordinación con Lotus y con un visualista que se contrata para la ocasión y que va recibiendo la información del equipo de eventos de cómo van los flujos de gente», cuenta Gonzalo Lastra, Gerente de eventos de Movistar, sobre el funcionamiento del acceso al recinto. «Ha sido un aporte. Seguimos educando al público. Creo que mucha gente está llegando más temprano para ver a su artista», agrega.
El gerente tiene asumido que la arena tiene capacidad limitada y explica cómo se trabaja el ingreso. «La reapertura de puertas depende del flujo de gente que sale por el sur. Sabemos que los headliners electrónicos generan efervescencia. No vamos a llegar a las 15 mil personas, vamos a estar entre las 12 mil, monitoreando. No estamos obligados a cerrar cuando se llena. Estamos cerrando entre el 90% y 100% de la capacidad», cuenta Lastra.
Este domingo, el acceso al Perry’s Stage mostraba una novedad: se armó un cerco para permitir una fila más ordenada de cara a lo que será la presentación de Tiësto en Lollapalooza Chile.