Directores, productores de cine, actores y actrices nacionales se reunieron para conformar una mesa de trabajo. ¿La razón? buscan revertir la decisión de BancoEstado de terminar con el Programa de Fomento al Cine Chileno.
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En medio de la discusión de la Ley de Presupuesto, el objetivo es aumentar las políticas de fomento a la cultura; que apenas llega a un 0,38 por ciento del erario fiscal.
En la cita participaron los senadores Alfonso de Urresti, Francisco Chahuán y Juan Ignacio Latorre, los diputados Marcelo Díaz y Gonzalo Fuenzalida, quienes recibieron a los directores Andrés Wood, Pablo Larraín, Sebastián Lelio, Paulina García entre otros.
Iniciativa por el cine chileno
El senador Latorre aseguró que «no sé si vamos a revertir una mala decisión del Banco Estado. Y que el carácter del banco es autónomo. Pero nos da la posibilidad de hacer una arremetida en la ley de presupuesto; pedirle al Gobierno de Chile, al Estado, que tenga políticas de fomento de la cultura y del cine; del mundo audiovisual; consistente con lo que han ido haciendo otros países vecinos del cono sur».
«Vamos a empujar esa agenda. Sabiendo que acá la iniciativa exclusiva es del Presidente de la República», señaló.
El primer cineasta que recibió el aporte de Banco Estado fue Andrés Wood para su cinta «Machuca» (2004). E irónicamente, es también el último, para su próximo estreno «Araña», que alcanzó a recibir financiamiento de la entidad financiera.
Aunque lamenta la decisión, Wood señaló que «cuesta entender que el mismo banco, aunque sean personas distintas, no valore algo que se ha valorado consistentemente durante tanto tiempo».
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«Finalmente el problema de fondo no es los 200 millones de Banco Estado, sino que el problema de fondo es que hay que hacer un ajuste y una valoración económica y no económica, de tangible a intangible, con respecto al valor de la cultura y cómo el Estado interviene, invierte y fomenta», agregó el cineasta.
El objetivo de esta mesa de trabajo es primero cuidar el 0,38 por ciento y aumentarlo, así como crear fomentos y también posibles impuestos o royalties a industrias privadas que se benefician del cine.