“Me ha pasado una cosa muy extraña, porque he ido descubriendo cosas de mí a través de ‘Tokio’”, cuenta Úrsula Corberó a Publimetro, respecto a lo que ha significado para ella ser parte de la exitosa producción española “La Casa de Papel”.
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El verano europeo se encuentra en pleno apogeo, pero la joven actriz poco ha podido disfrutarlo. Tras finalizar las grabaciones de la tercera temporada de la serie emitida por Netflix, comenzaron las actividades de prensa promocionales y ella, como era de esperarse, es una de las más solicitadas. Y es que su personaje ha sido clave en la trama desde su debut; tanto, que le ha dado fama mundial y ha marcado, según reconoce, un antes y un después en su carrera.
“Nunca había hecho un personaje tan transgresor o rebelde…, ‘powerfull’ (poderoso) podríamos decir”, comenta sonriente, para luego destacar que “yo soy una persona pequeñita y gracias a ‘Tokio’ me he dado cuenta de que la fuerza no se mide por el tamaño ni mucho menos. Más también con las mujeres, que tenemos una cosa muy poderosa”.
Corberó, al igual que su compañera Alba Flores, ha ganado gran notoriedad gracias al éxito de la ficción creada por Álex Pina. Sin embargo, en medio del rodaje de los nuevos capítulos y aún con su overol rojo puesto, confiesa que nunca vio venir la fama mundial que hoy ostenta.
“‘La Casa de Papel’ se estrenó primero en Antena 3, terminó y funcionó bien, normal. Pero a los meses, después de pasar el luto de desvincularse de un proyecto que para ti ya tuvo un final, se transformó en un fenómeno que ha sido bastante abrumador. Yo llevo muchos años trabajando en España y estoy habituada a que la gente me reconozca en las calles, pero no estoy acostumbrada a irme a Argentina o a Grecia, o a cualquier otro sitio y que me reconozcan”, afirma.
“‘¡What the fuck, qué está pasando!”
Ursula Corberó tomó un avión rumbo a Uruguay a fines de 2017, junto a su novio, el actor argentino Ricardo “Chino” Darín. El plan inicial era pasar Año Nuevo ahí y disfrutar de unas vacaciones tranquilas, lejos de los paparazzi españoles y en un lugar donde ella, según creía entonces, era una simple desconocida. Pero a comienzos de enero, sólo unos días después del debut en Netflix, las cosas cambiaron de golpe.
“Fue como el 4 de enero. Me fui de fiesta y, de pronto, la gente me veía y me gritaba ‘¡Tokio, diosa!, ¡Sós una genia!’, y, yo le decía a mi chico ‘que fuerte que las únicas personas que vieron la serie están aquí, porque hace una semana que se ha estrenado y los que la vieron están todos en esta discoteca’”, cuenta entre risas, para luego agregar que tras esa experiencia se metió a redes sociales y vio, con sorpresa, que la historia ya era un fenómeno en distintos puntos del globo.
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El suceso fue inesperado para ella, tanto como para sus compañeros. Tras el primer mes de exhibición en la plataforma digital, la actriz dice que todos comenzaron a recibir mensajes por las redes sociales desde lugares que nunca imaginaron. “Nos mandaban cosas desde un estadio saudí con las caretas en pantallas gigantes y todos decíamos ‘¡what the fuck, qué está pasando!’…, pero a la vez sentíamos mucho orgullo”, señala.
A lo largo de nuestra conversación con Corberó en los estudios de Netflix en Madrid, en reiteradas ocasiones afirma que para todo el elenco era “muy difícil de imaginar” que “La Casa de Papel” trascendería de tal forma. “Creo que nunca había pasado algo así en España… De alguna manera ha sido clave el tema de las nuevas plataformas. Pero también está el hecho de que con esta serie se han cruzado todas las fronteras, porque la gente entiende que esto puede pasar en España o en cualquier parte del mundo. Por eso siento que lo que ha pasado con esta serie es algo universal, y ahí está el secreto de su éxito”, declara la joven.
Lidiando con las emociones de “Tokio”
En el marco del rodaje de la nueva temporada de “La Casa de Papel”, Ursula Corberó debió viajar a países como Tailandia, donde la serie no ha penetrado al mismo nivel que en otras partes del globo. “Allá no nos reconocían. Y hace poco estuve en Hong Kong y me di cuenta de que tampoco nos conocían mucho, a pesar de que vi ahí una pancarta gigante con mi cara y dije ‘¡wow!’”, comenta la actriz que, confiesa, debió trabajar con su psicoanalista en el manejo de su creciente popularidad.
“Para mí, todo al principio fue un shock muy grande y necesité unos meses para bajar un poco las revoluciones. Yo hago mucha terapia, me va muy bien y creo que es muy saludable, y lo que me decía el terapeuta es que si no sacas la alegría acumulada, eso te puede hacer mal. Yo creo que me pasó un poco…, tenía tanta alegría y quería hacer como que todo estaba normal, pero de alguna manera necesitas canalizar eso y sacarlo”, asegura.
El sicoanálisis también la ayudó a la hora de manejar la intensidad de su personaje y no llevarse a su hogar las emociones de “Tokio”.
“Ella es muy visceral, tiene reacciones inesperadas, es una persona muy temperamental. Y en esta serie sucede que es complicado cuando estás todo el día diciéndole a una persona ‘te odio, te odio, te odio’…, sacando el monstruo que llevas dentro, y luego llegas a casa y necesitas un tiempo de adaptación para volver a tu estado natural”, indica, para agregar que aprendió a “canalizar todo de la mejor manera, aunque a veces no es fácil. Y bueno, lo importante es aprender a regularse como ser humano”.