En 2017 se trasmitía la decimoctava edición de «Gran Hermano». Los concursantes superaron, en ese año, las pruebas semanales y recibieron como recompensa una fiesta llena de alcohol. Los tragos como ron, ginebra, vodka y otros se hicieron presentes, pero las cámaras de seguridad no sólo grabaron los bailes eróticos.
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Después de la fiesta dos concursantes salieron de la competencia. Uno por conducta intolerable, José María López, mientras que Carlota Prado dejaría por libre decisión. La española, dos años después, relató la cruel escena de la que fue víctima.
Durante una entrevista con el diario español El Confidencial, recordó los rumores que giraban en torno a una agresión sexual. Ahí señaló que tras consumir cuatro «chupitos» comenzó a sentirse mareada.
Durante su estancia en el sillón de la casa donde se grababa el programa, fue abordada por José María, quien comenzó a manosearla y acariciarla. Carlota reaccionó con un forcejeo constante para así estar tranquila, pero fue llevada a una habitación.
Cuando se levantó a la mañana siguiente, Carlota no recordaba nada de lo que había sucedido en las últimas horas. Tampoco sospechó lo que había ocurrido cuando se levantó para ir al baño y se le cayó al suelo la ropa interior «porque no estaba bien puesta».
«Yo doy por hecho que me han cuidado porque así me lo dijo él. Le pregunté qué había pasado y me dijo en mi cara que me había cuidado porque estaba KO». Durante el jueves 4 de noviembre, después de la fiesta, José fue llamado por el megáfono y posteriormente Carlota fue citada.
«Me dijeron que me tranquilizara y que tenía que ver unas imágenes. Y en ese momento me pusieron el video con lo que sucedió esa noche, sin avisarme de lo que estaba a punto de ver», afirmó la mujer.
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«No sé cuál es el procedimiento en estos casos porque yo no soy especialista, pero tendría que haber estado una persona a mi lado, un psicólogo o alguien que me ayudara a enfrentarme a esas imágenes tan duras», fueron sus palabras al recordar el momento en que vio el video.
En la secuencia, se vio a si misma y a José María en una de las habitaciones. Con aspavientos, y muy aturdida, intentaba quitarse de encima al concursante, que quería agredirla sexualmente.
«Quítate, no puedo», le ordena ella, mientras hacía gestos propios «de una persona que está diciendo ‘déjame tranquila'». Después, cayó inconsciente. La agresión habría durado aproximadamente 10 minutos, pero lo que más impacta a Carlota es que ella no fue ayudada por ninguna de las personas que vigilaban el espacio.
«Se ve perfectamente que se aprovecha de mí en la habitación y que yo estoy inconsciente», concluyó la víctima.