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Lorenza Izzo y su gran salto en Hollywood con Quentin Tarantino: “Estoy en un proceso bien heavy en mi vida”

Inmersa en el mundo de Hollywood, la talentosa actriz no se deja deslumbrar por los brillos de la fama. Orgullosa de lo que ha logrado, cree que en esta carrera todos los días son una nueva batalla. “Es efímero, viene y va, las luces se prenden y se apagan”, afirma.

Es una de las chilenas más exitosas del cine internacional en este momento. Lorenza Izzo es parte del elenco de Once Upon a Time, la última película de Quentin Tarantino, en la que compartió escenas con dos leyendas de la industria, Leonardo DiCaprio y Brad Pitt. Todo un logro para la joven de 30 años radicada en Los Ángeles, California, que aún no logra procesar lo que vivió. En el filme, interpreta a Francesca Capucci, una actriz italiana a la que le encanta disfrutar, muy histriónica, una diva de la década de los 60, que aporta una cuota de humor en el final de la historia.

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Sin duda, esta experiencia representa un gran salto en su carrera como actriz. Llegar a grabar con uno de los directores más destacados del cine es un sueño hecho realidad para Lorenza, quien asegura que llegó a la capital del cine con unas metas loquísimas, lo que le dio las agallas para tirarse a la piscina de Hollywood. “Creo que cuando llegué a Los Ángeles tenía una mentalidad muy distinta. Hoy no miro mi carrera con metas concretas, sino que estoy abierta y dispuesta a estas oportunidades que de repente llegan y hay que aprovecharlas a fondo”, dice.

Lorenza Izzo

Hija de la destacada modelo Rosita Parsons, Izzo ha marcado su propio camino. Proveniente de una familia matriarcal, para ella, el símbolo de lo femenino es muy potente. A los 23 años dejó Chile y partió a Estados Unidos, llena de ilusiones y enamorada. Reconoce que el precio de estar alejada es alto. Extraña a su mamá, a su hermana menor y a toda su familia. “Es un costo necesario cuando uno crece, separarse un poco. En mi familia son mujeres súper fuertes y, de alguna manera, esto me ha ayudado a encontrar mi propia identidad”, reflexiona.

Tras más de siete años viviendo en una de las ciudades líderes en grandes producciones de cine y televisión, ya encontró su núcleo de apoyo, pero asegura que al principio le costó. “Es una ciudad difícil, porque es muy grande. Es muy fácil aislarse y tener tu propio mundo”, explica. Además, en 2018 se separó del director de cine Eli Roth, con quien se había casado en 2014. “Armar una vida con una pareja, que no funcione y tener que tomar la decisión de separarse es muy duro”, confiesa.

¿Cómo viviste el proceso?

Separarse de alguien es muy difícil, estés casada o no. Me siento muy afortunada de haber tenido una pareja con la cual pudimos tener una separación, dentro de todo, bastante amistosa. Por ese lado, fue muy bueno y, por otro, una se siente muy sola, pero esos momentos te hacen crecer y armarte un cuero de chancho, como también, tener una vulnerabilidad y una empatía más grande. Todas las experiencias de la vida, mientras más duras, más te enseñan. Mi mamita y mi hermanita me vinieron a ver después de un tiempo y estuvieron conmigo. Fue un proceso largo, bien duro, pero uno termina siempre saliendo para adelante.

Además, en lo laboral te estaba yendo muy bien…

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Sí, por suerte, estuve muy ocupada. Me llegó una ola, no sé en qué minuto. Tiene que ver con el hecho de que, cuando uno toma una decisión por una misma, especialmente, siendo mujer, ocurre algo muy sensato, muy fuerte. Comencé a tomar decisiones más por mí misma y eso me hizo estar más conectada al mundo, a la gente y a la energía alrededor mío. Estaba audicionando con otra energía, me estaba presentando a las personas con otra disposición, y creo que por eso lo laboral está muy conectado a lo emocional y personal. Se me abrieron muchas más puertas y se empezó a hacer como un efecto dominó y sigo acá.

Lorenza Izzo

Y quizás de una forma más independiente también.

Claro, ciento por ciento. No culpo a mi ex marido de ninguna manera, él era mi fan número uno. Pero creo que, de cierta manera, me encasillé, y por miedos y por distintas cosas, opté por quedarme en esta capulla. Cuando me separé, y afronté mi realidad, fue como salir de mi capullita.

¿Cómo describes tu experiencia con Quentin Tarantino?

A él lo describo como si tuviese ocho y 150 años a la vez, porque tiene un conocimiento y una cultura de películas, de historia, de televisión y de música, realmente impactante. Es un hombre muy sabio que se ha encargado de educarse. Es una persona muy enriquecedora en el sentido de acompañarte en el set. Se emociona mucho cuando le gusta una toma tuya, se embala y grita. Incluso, te da un espacio para improvisar. Para mí era un sueño trabajar con él y superó mis expectativas.

Actuar con Leonardo DiCaprio y Brad Pitt debe ser muy intimidante…

Trabajar con Quentin Tarantino es muy intimidante, y si a esa fórmula le agregas a Leonardo DiCaprio y Brad Pitt, increíble. Me acuerdo que el primer día estaba muriéndome de nervios en el auto. Aparte había muchos paparazzis cuando llegué al set. Ahí vi de lejos a Leonardo DiCaprio y a Brad Pitt, y en esto, se acercó Quentin, me abrazó y me dijo “va a estar todo bien”. Se separó, me di vuelta y estaba Brad Pitt, que me dijo “hola, soy Brad”, y yo como “hola, soy Lorenza” (se ríe nerviosa). Ese saludo me relajó tanto que me entregué a la situación y fue muy lindo.

Lorenza Izzo

¿Te sientes satisfecha con lo que has logrado hasta ahora?

No sé si miro mi carrera a través de los éxitos concretos en cuanto a películas. Me siento muy orgullosa de lo que he logrado en crecimiento personal y como actriz, porque siento que es una carrera en la que uno nunca deja de crecer. Mido mi éxito a través de cuánto aprendí en cada película y qué tan abierta y dispuesta estuve. Siendo mujer, he hecho el trabajo personal de darme méritos cuando los merezco, de reflexionar en cuanto a lo que he hecho. Entonces, la respuesta fácil a la pregunta es sí, me siento satisfecha; pero no es una cosa que ya logré una meta y ahora se acaba. Ya no me pongo metas. No me pierdo en los brillos y en el glamour, y en todo eso que al final del día va y viene. Creo, fielmente, que mientras más crezco como persona, mejor actriz soy.

Te lo pregunto porque cuando uno va a cumplir 30, a veces, hace una parada a reflexionar…

¡Sí! Totalmente. La década de los 20 fue muy difícil. Me traté tan mal, pero ahora me trato mejor, me quiero más, saqué a personas de mi vida. De todas maneras, estoy en un proceso bien heavy, de replantearme muchas cosas. Me estoy reencontrando conmigo misma y me emociona harto cumplir 30. Envejecer me da mucho gusto, porque siento que cada vez puedo encontrar más tranquilidad. No digo que la cosa se ponga más fácil. Estoy mirando para atrás y viendo cómo quiero seguir adelante. Como seres humanos cometemos los mismos errores todo el tiempo, pero lo importante es reflexionar sobre eso.

Y en ese sentido, ¿cómo es vivir fuera de tu país y cuáles han sido los costos más altos?

Mi mamita, mi hermana, mi familia. Soy súper regalona, echo mucho de menos a mi mamá. Para mí ella es todo, la admiro, es una mujeraza. El costo más alto es perder el día a día con mi familia. Todos mis amigos acá son súper internacionales y, siempre que puedo, intento traer mi cultura chilena, porque me ayuda, es una manera de mantenerme conectada. Los Ángeles es un pueblo bastante duro y largo, y es bien caro viajar a Chile. Echo de menos la onda de Chile, esa cosa de ir a un asado a las dos de la tarde y quedarte todo el día. Ir a la playa, las montañas, escaparte un fin de semana.

Lorenza Izzo

“La única persona que puedes ser es tú misma”

¿Qué te ha llamado la atención del mundo hollywoodense?

Hay una dualidad muy fuerte. Las fiestas, las fotos, las estrellas y todo ese mundillo es necesario, es parte de la pega. Sin embargo, también hay algo muy lindo: estando en la turbina de lo que es Hollywood y en esta red carpet gigante, que es tan poco real y efímera, he encontrado personas que están ahí por el arte, por lo que les gusta, por esa cosa que los llamó a esta carrera ridícula y muy loca que es actuar. He encontrado refugio en muchas personas que hacen esto, porque en verdad les gusta hacerlo, porque tienen un llamado a esta vocación. Eso ha sido muy sorprendente y muy lindo de Hollywood. También la fuerza que tienen distintas personas de la industria por cambiar ciertas cosas.

¿Es difícil estar tan expuesta?

Por más que no quieras ser famosa, es parte de la pega. Tengo muchas batallas internas con eso, me cuestan mucho las redes y los eventos, a pesar de que suenan súper cool y entretenidos, y lo son. Es muy fácil perderse en eso que no tiene mucho sentido. Al final del día, hago esto porque cuando estoy en el set, siento la adrenalina más linda del mundo. Para mí, actuar, cuando estoy metida y me pierdo en mi personaje, es todo.

¿Qué te pasa con las redes sociales?

Tengo mucha confusión y conflicto con esta máquina que son las redes sociales y el clic. Me cuesta, porque siento que uno se pierde con cuánto quiero compartir y qué tan verdad es lo que estoy compartiendo. Por un lado, es pega y quiero mostrar mis logros, pero, por otro lado, de repente me siento linda y quiero likes. ¿Qué significan esos likes?, ¿qué tanto te llenan esos likes? A veces, me salgo de todas las redes sociales por tres semanas y hago una especie de detox.

Decías que eras muy cercana con tu mamá. ¿Qué aprendizajes rescatas de ella?

Muchos. El coraje, la fuerza y la resiliencia de mi madre es única. Me emociono mucho hablando de esto. Hay muy pocas personas que tienen la fortaleza que tiene mi mamá, y eso lo llevo conmigo siempre. Cuando las cosas se ponen muy difíciles acá, pienso en mi mamá y digo “ya, perfecto, yo puedo hacerlo”.

Lorenza Izzo

¡Es una mujer súper power!

Sí, tremenda. Y mucho más compuesta, yo ya estoy en lágrimas (se ríe). En mi familia se ríen de mí, porque soy la emocional, la sensible, la que siempre está abrazando, molestando y armando show. Soy un poquito el pegamento de la familia y me tomo mi mi rol muy en serio. Mi mamá me ha enseñado a ser fuerte y tener más cuero de chancho. Me caigo harto, me cuesta ser más dura, me cuesta decir que no. Intento emularla con estas cosas. Tengo una familia de puras mujeres muy power. Crecer con mujeres así, tiene por un lado harta presión, pero también es muy lindo.

Está la vara muy alta…

Sí, pero también me he dado cuenta de que somos muy distintas y todas tenemos distintas fortalezas. Una empieza a encontrarse a sí misma y quererse más. A través de esta entrevista, si pudiera decirle algo a alguien, ojalá a una mujer o a una niñita, a mí me habría gustado que me dijeran que, al final, la única persona que puedes ser es tú misma. Todo el resto está tomado, entonces, pasarse la vida comparándose y mirando para el lado, no tiene ningún sentido. Es mucho más rico encontrarse y quererse tal cual es uno, con lo que sea. Al final del día, la vida es una.

 

 

 

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