Chancho en Piedra acaba de publicar dos nuevas canciones ( “Todo se me pasa” y Bola de fuego”), las que marcan el inicio de un nuevo capítulo para la banda, con la incorporación de Cristián Moraga, C-Funk, tras la salida de Pablo Ilabaca. Un hito importante, que tenía otra fecha de estreno, pero que el estallido social terminó por modificar.
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Estos dos nuevos singles empezaron a ser trabajados en invierno y en septiembre ya estaban listos, por los que iban a ser publicadas en octubre. Pero todo se tuvo que replantear. “Primero fue posponerlos sin fecha. Después dijimos que era el momento de que salgan y se acomoden a la realidad”, explica Ibeas.
De esta manera, Chancho en Piedra toma distancia de sus pares que han sacado canciones relacionadas a la protesta social que tiene a la gente movilizada hace más de un mes. “Nosotros sentimos que los temas tenían que acomodarse solitos a la realidad del país y cuando tienen mensajes se defienden solos”, dice el cantante, quien también agrega que el espíritu que hoy se vive en las calles ha sido parte de los álbumes de Chancho en Piedra. “El estallido siempre ha estado presente, como en el disco anterior con “Vientre fuerte” o Funkybarítico”. Son vaticinios de lo que podría pasar y pasó. Son temas medios proféticos y yo creo que se venía venir”.
Sobre las canciones, “Todo se me pasa” ha sido la que más ha llamado la atención, por la experimentación que realiza la banda al fusionar funk con reguetón. “Habíamos hecho rock, cueca, cumbia. Cristián (C-Funk) llegó y dijo que lo que no habíamos hecho era música urbana, lo que está sonando hoy en día, con efectos y autotune”, cuenta Ibeas. De esta exploración, la canción logra una ambigüedad artística que lleva a la gente a plantearse: ¿están a favor o en contra de la música urbana? ¿Se están riendo o no de ella? ¿Les gusta o no?
“La canción permite que las personas la sientan de distinta manera. Creo que es de libre interpretación y eso habla bien de una obra”, sentencia.