La estrella pop Taylor Swift, normalmente reservada, estrenó un documental íntimo en el Festival de Cine de Sundance en el que revela un pasado trastorno alimenticio, narra su batalla interna para hablar francamente sobre política y dice que su victoria en un caso de abuso sexual en 2017 representó un punto de inflexión dramático en su vida.
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“Miss Americana», un documental de Netflix dirigido por Lana Wilson, era una de las películas más anticipadas del año en el festival. Su estreno en el Eccles Center en Park City el día inaugural causó, como se esperaba, frenesí. Afuera del cine, docenas de admiradores de Swift cantaban al unísino.
La cinta estará disponible en Netflix a partir del 31 de enero. Su trama transcurre como un drama sobre el paso a la adultez de una artista que, pese a alcanzar el superestrellato en la adolescencia, se tomó un tiempo para encontrar su voz.
En el filme, dice que siempre se esforzó por ser “una niña buena”. También que necesitaba “palmadas en la cabeza” de aprobación. Pero “Miss Americana” captura una evolución en Swift.
“Es hora de quitarme la cinta adhesiva de la boca, para siempre”, dice en el documental.
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Swift entró a la sala de cine luego que las luces se apagaron. Ahí vio la película y subió al escenario para una breve sesión de preguntas y respuestas con Wilson.
Aunque dijo que era una gran aficionada del séptimo arte, se trataba de una experiencia nueva para ella. Tras recibir una ovación de pie, Swift se volteó hacia Wilson y le dijo: “Nunca he hecho esto antes. ¿Qué hacemos?”
Una de las escenas más dramáticas de la película muestra a Swift, deseosa de pronunciarse contra la campaña de la republicana de Tennessee Marsha Blackburn para el Senado en 2018, reunida con su familia para discutirlo.
Su padre le aconseja que no lo haga citando un posible impacto económico. Su publicista le advierte que el presidente Donald Trump podría ir tras ella. De hecho, cuando Swift publicó un post en Instagram contra Blackburn y exhortó a los jóvenes a registrarse para votar, Trump dijo que le gustaba la música de Swift un 25% menos, una respuesta de la que Swift se mofa en el documental.
En el escenario del Eccles, Swift dijo que se volvió más política después que contra demandó, y ganó, a un DJ de radio de Denver que según ella la manoseó antes de un concierto.
“Fue una experiencia realmente horrible», dijo Swift. «Yo tenía todo el privilegio del mundo, apoyo financiero y la capacidad de pagar por un abogado brillante. Gané ese juicio, pero sin todo eso, no sé qué hubiera pasado. Eso me enseñó mucho”.
También dice en el documental que aceptó que tenía problemas de imagen corporal, adquiridos al ver las incontables fotos que le toman, y los comentarios, en redes sociales. Swift dice que llegó a caer en “una espiral de odio” y matarse de hambre tras ver fotos en las que le parecía que lucía con sobrepeso.
“Miss Americana” incluye muchas escenas íntimas de Swift en su casa o el trabajo. Bebe vino blanco con cubos de hielo y no probó un burrito hasta hace apenas unos años.
Pero el hilo conductor es Swift, que el mes pasado cumplió 30 años, como compositora. En escenas frente al piano o en el estudio, Wilson la capturó escribiendo letras y creando melodías con una pasión implacable.
Swift dijo que lo que más le daba nervios de la filmación era compartir su proceso creativo con Wilson. Pero la cineasta se ganó su confianza.
“Por pasar tanto tiempo en la luz pública, cuando me siento triste o molesta o humillada o furiosa o estoy pasando un momento realmente terrible, siento que la gente se acerca con, como, esta sed. Tú nunca me hiciste eso”, le dijo Swift a Wilson. «Eso fue lo que me hizo sentir que estaba bien cuando sentía tristeza, humillación e ira frente a ti».