La primera noche del Festival de Viña 2020 estuvo marcada por los disturbios registrados en distintas partes de la Ciudad Jardín. Algunos de ellos impidieron la llegada de los artistas a la Quinta Vergara, por lo que no pudieron realizar las presentaciones que tenían acordadas. Sin embargo, no fueron los únicos afectados, ya que miembros del público y figuras del espectáculo también presentaron dificultades para llegar al anfiteatro. Fue lo que ocurrió con Raquel Argandoña, quien contó la odisea que vivió durante la jornada festivalera en el programa Échale la Culpa a Viña.
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«Termina el programa nuestro, que parece que estábamos en otro país porque no nos enteramos de nada de lo que estaba pasando. No nos llegaba la señal. Entonces yo dije ‘tengo que hacer mi trabajo’, todo el cuento, entonces me tenía que ir a la Quinta», partió diciendo.
«Estábamos listos para subirnos a las van, cuando empiezan a pasar los aviones. Yo dije ‘¡¿por dónde entro hoy día?!», agregó entre risas, mientras Karen Doggenweiler explicaba que cuando iban junto a Gino Costa, aún no pasada nada. «Yo llego al zócalo, con toda la comitiva (…) Estaba el Nacho Gutiérrez, habían hartos rostros», añadió Raquel Argandoña, indicando que tenían la orden de ingresar con sus credenciales.
«Estuvimos 15 minutos parados y de repente nos dicen ‘¡se bajan todos de la van!’. ‘¿Pero cómo nos vamos a bajar de la van?’. ‘Sí, porque no está la seguridad’. Entonces decían ‘no. Yo creo que la gente ya está tranquila, están en la Quinta, los que entraron entraron, y los que no entraron, sonaron'», agregó, mientras contó que volvieron a subirse a la van y comenzaron a ver los disturbios en la ciudad.
«Yo tengo amigos en la primera línea»
En ese momento, explicó que a medida que avanzaban, el panorama se volvía cada vez más complejo. Por eso, la producción les dijo que volverían al hotel, pero Raquel Argandoña quería ver a Ricky Martin, así que insistió en su postura.
«Empezó a entrar el pánico en la van (…) Yo dije ‘no, no, no, yo quiero ir’. Yo era como la única curada que quería ir a la Quinta, porque uno como tiene experiencia, tiene calle… Cuento corto, alguien dice ‘vamos a someter esto a votación’. ‘¿Quién quiere ir a la Quinta?’, dijo alguien. ‘Yo’. Y Nacho (Gutiérrez) se quedó callado y le digo ‘¡Nacho!’. Y me dice ‘bueno, si tu vai, yo voy’. Éramos dos», contó.
«Alguien dice ‘a ver, momento. Aquí van rostros A, B y C’. Y alguien dice, que lo encontré lo más grosero que hay, ‘los rostros caros se tiran al suelo. Los demás de medio pelo, protegen a los rostros caros’. Yo dije ‘¡¿pero qué es esto?! ¿Dónde está la alianza?’. Yo sonaba, porque tenía que proteger a los demás», agregó.
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«Bueno, pero no importa, porque tengo calle… (Nacho se iba) ¡A tirar encima mío! Pero yo estaba cubriendo a otro rostro, ¿cachai? Cuento corto, alguien dice ‘a ver, acá hay mucha producción y nadie decide nada. Así que lo siento mucho pero nos vamos para el hotel’. Todos eran rostros. Yo soné. Había tanta a pelotera y dije ‘yo me bajo'», continuó, comentando que un gerente la trató de loca por querer llegar a la Quinta.
«Me dice ‘¿pero cómo te vai a bajar?’. ‘Sí. Yo me bajo porque yo tengo amigos en la primera línea’. ¿Cachai? Sí, sí…», añadió. «Porque tienes calle», comentó Gino Costa. «No, la Kel. Por la Kel yo me salvé. Porque va a las protestas, y cuando yo estoy metiendo la pata en el Bienvenidos me dice ‘mamá, ¿cómo dices esa ridiculez?’. Me ayuda. Si la inteligencia es compartida. Más de la Kel que mía, pero me ayuda. Dije ‘yo me bajo, me pongo un capuchón negro y voy a decir soy la mamá de la Kel'», cerró.