El nuevo capítulo de Sigamos de Largo, contó con la participación de Emilio Sutherland y Ángeles Araya, quienes hablaron sobre distintos aspectos de su vida y revelaron algunas anécdotas con famosos. Pero fue precisamente la conductora de Aquí Somos Todos, quien más llamó la atención al recordar el encuentro que tuvo con el vocalista de Maroon 5, Adam Levine, en el Festival de Viña 2020.
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Recordemos que la banda recibió duras críticas por los requerimientos que solicitaron para realizar su show, y el desplante que tuvo cantante en el escenario. Esto, sumado a un video que surgió posteriormente, en el que se lo ve lanzando insultos luego de su presentación.
«Ellos tenían muchas restricciones en el festival previo y post a su presentación», dijo Ángeles Araya, quien además explicó que había estudiado a los personajes que se presentarían, en caso de que surgiera una entrevista. «Yo había estudiado y había visto su foto, vi algunos videos, entrevistas y todo, pero no con esa pinta», agregó.
«¿Aparece con el mohicano y no lo reconociste?», le preguntó Sergio Lagos. «No lo reconocí. Nos encontramos de frente, a esta distancia. Tenían que estar todos los camarines cerrados, no podía circular gente cuando ellos llegaran», dijo la periodista.
«Resulta que ya estábamos en la hora y me fui a retocar abajo a maquillaje y peluquería, y veo que estaba todo cerrado. Dije ‘tanto color que le ponen por un par de señores’, y yo que soy poco protocolar para ese tipo de cosas, llego y salgo, abro la puerta, y me dicen ‘no, ¡cuidado!’. ‘Qué tanto cuidado’. Viene un tremendo gorila, grande el señor y le digo ‘hola, ¿cómo estás?’, porque yo saludo a todo el mundo», agregó, para luego contar cómo fue su encuentro con Adam Levine.
«Detrás, (Adam) me mira, hacemos contacto visual a esta distancia. Me miró como sorprendido porque se supone que nadie lo podía mirar a los ojos. Lo pidieron de verdad, porque no sé, no había que mirarlos. Estaban todos encerrados para que él pasara», agregó.
«Y yo como me salté el protocolo, salí y todo. Me encuentro con el guardia, con el señor que lo cuida, entonces lo saludé amablemente, el señor se rió y me saludó. Y de repente viene él (Adam) y le digo ‘hola’, sin cachar quién era. Se dio vuelta y se fue caminando por la pared, y él con su corte de pelo recién hecho. No me miró más», cerró.
