La idea nació a su regreso a Chile luego del duro tratamiento que debió enfrentar su hijo Máximo y especialmente debido a su trabajo como Directora de la Fundación Nuestros Hijos, entidad que hace 30 años apoya a niños con cáncer y sus familias.
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Cecilia quiso estar cerca de estas madres para apoyarlas y entregarles una valiosa herramienta no sólo para utilizar en sus momentos de espera, sino además como una fuente de ingreso, algo tan esencial en estas difíciles circunstancias. “Qué importante es poder entregarles una herramienta, que no sólo les sirva a canalizar a través del trabajo manual ese dolor y hacer algo bello, sino además que les reporte un ingreso” indicó Cecilia.
De esta forma Cecilia sumó al proyecto a Cristina Salas –Gestora y Profesora de “Martín Bordador”, quien fue formada en los mejores talleres de alta costura de París, para que ayudara en la implementación del taller y capacitara a las primeras 16 madres seleccionadas. Los bordados, que comenzaron como bosquejos se transformaron en los diseños de estas chaquetas de jeans, 100% hechos a mano y de gran calidad.
“El trabajo realizado por Cecilia junto con las mamás de la Fundación ha sido una experiencia muy enriquecedora pues han podido compartir sus experiencias como madres oncológicas con todos los desafíos, anhelos y temores que eso conlleva, especialmente en el actual contexto”, manifestó Marcela Zubieta, presidenta de Fundación Nuestros Hijos.
En total son 108 chaquetas (54 de cada diseño) que están a la venta en Falabella.com a un valor de $69.990 pesos. El 100% de lo recaudado irá a la Fundación Nuestros Hijos y las madres bordadoras.
Madres oncológicas
Una de las mamás que participó fue Arlene Carrasco de Rancagua. Su hija Agustina llegó a Fundación Nuestros Hijos 10 años atrás con dos meses de edad y un diagnóstico de neurofibromatosis por el cual ha estado en rehabilitación desde entonces en el Centro de Rehabilitación Oncológico de la fundación. “Dejé mi vida de lado para cuidarla vida de la Agustina y ayudarla; yo estudiaba gastronomía y dejé todo de lado para cuidarla a ella. Con el taller me di cuenta que no era tan inútil con mis manos, he conocido otras realidades, las historias de otras mamás de niños con cáncer… el taller me ha alimentado el alma», expresó Arlene.
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Otra de las participantes del taller fueron Juana Almaya y su hija Katherine, sobreviviente de cáncer infantil que fue diagnosticada con leucemia mieloide a las 12 años de edad, dos décadas atrás. La enfermedad la dejó sin visión y con audición disminuida. Sobre el taller, Juana explicó que “fue un regalo para mí, una oportunidad de aprendizaje nuevo, de darme tiempo para mí, de compartir con otras mamás que han vivido experiencias similares y generar un emprendimiento distinto”.
A Verónica González la inscribió en el taller su hija Camila, sobreviviente de cáncer infantil. Sobre la oportunidad de participar en este proyecto, dijo que “agradezco a la Fundación Nuestros Hijos, a Cecilia Bolocco y a mi hija que insistió en que participara del taller y me inscribió, porque me encantó y me hizo muy bien juntarme con otras mamitas guerreras. Cuando la Cami estaba hospitalizada yo también bordaba, siento que me relaja y me olvido de todas las tristezas. Me ha servido demasiado como terapia y sobre todo estar en el taller con otras mamitas con quienes nos ayudamos y nos damos ánimo entre todas”, relata Verónica.