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Covid-19: María Luisa Godoy y dos de sus hijas ya salieron de la cuarentena

La animadora comunicó el 28 de junio que estaba contagiada, pero lo que no sabía es que sus dos hijas más pequeñas también lo estaban. Se salvó su marido, Ignacio Rivadeneira, y la mayor. Hoy, toda la familia está feliz, el coronavirus es cuestión del pasado.

Escenas de ese tipo se han visto en todas partes del mundo. Cuando alguien supera al covid-19 y por fin sale de la cuarentena, con alta y todo, desde un recinto hospitalario, una residencia sanitaria o del propio hogar, el sentimiento no puede ser otro que el de una inmensa alegría.

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Y eso es lo que sintieron la animadora María Luisa Godoy y dos de sus tres hijas, las dos más chicas, el jueves pasado cuando, por fin, se terminó la cuarentena a la que estaban obligadas por dar positivo en el examen de PCR.

“No sé cómo me contagié, porque no he estado con nadie que tenga coronavirus», señalaba la animadora de TVN el 28 de junio, con cierto aire de resignación. Entonces, decidida a hacer la cuarentena en su casa, armó su dormitorio en una sala pequeña que tienen para estudiar. El tema preocupante era su embarazo de siete meses. Sin embargo, como contó a Las Últimas Noticias, “no me preocupé por mi embarazo porque desde que llegó el covid al país me puse a leer harto sobre cómo afectaba a las embarazadas y no hay ningún informe que confirme que es dañino para las embarazadas y los bebés en formación porque la placenta los protege”.

GODOY 3

Tras la confirmación de que estaba contagiada, su marido, Ignacio Rivadeneira, y sus tres hijas se sometieron al test de PCR. Violeta, de 7, e Ignacio, salieron negativo, pero Jacinta, de 5, y Luisa, de 3, dieron positivo. Así que, todo el mundo a cuarentena, tomando los resguardos pertinentes para superar la enfermedad.

“Hubo una parte muy difícil: hacerles entender a las niñas que no podíamos vernos. Los primeros días se ponían guantes y mascarillas y abrían la puerta de la pieza donde estaba para entrar; tuve que cerrar con llave”, asegura María Luisa.

“Lo que más me costó, y también a ellas, fue no poder abrazarlas. Es muy difícil explicarles a tus hijas que no las puedes abrazar, darles un beso, que si les pasa algo no las puedes contener. Eso me partió el corazón”, reconoce.

Pero todo ya pasó, se terminó la cuarentena y todos felices.

 

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