A diferencia de otras muchas actrices y actores que ahora reniegan de él y que aseguran que se arrepienten profundamente de haber trabajado a sus órdenes, la actriz española Elena Anaya no solo acaba de protagonizar la última cinta de Woody Allen, ‘Rifkin’s Festival’, sino que además se enorgullece de haber sumado, gracias al realizador neoyorquino, un nuevo filme internacional a su ya ecléctica trayectoria cinematográfica.
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Eso sí, aunque la intérprete no se lo pensaría dos veces antes de aceptar una nueva oferta por parte del veterano cineasta, al que Hollywood parece repudiar de nuevo en el marco del movimiento #MeToo y tras desenterrarse las acusaciones, ya juzgadas, de que habría abusado sexualmente de su hija Dylan cuando esta solo era una niña, lo cierto es que Elena no ha pintado precisamente un retrato muy favorecedor de su excéntrico jefe en su última entrevista televisiva.
«Sí, sí, es duro. A mí me hundió muchos días. Le respeto, seguiría trabajando con él si me llamase, me parece un excelente director, un maestro, un mito del cine, un genio. Pero un día me dijo: ‘Es horrible. No me creo nada de lo que estás haciendo, eres la peor actriz de la historia del cine’. Tenía una taza en la mano y fue en ese momento cuando pensé que me iba a empezar a temblar», reveló la artista a su paso por el programa ‘Late Motiv’.
Cuando el presentador Andreu Buenafuente quiso ahondar ligeramente en la anécdota para averiguar si, en el fondo, todo se trataba de una broma pesada por parte de Allen, Elena Anaya negó rápidamente la teoría con las siguiente declaraciones: «No, no, no, porque me lo dijo muchos otros días. Luego es verdad que llegaba su productora, Helen, y me decía que no me preocupara, que eso se lo dice a mucha gente, incluso a los mejores actores con los que ha trabajado. Me lo tomé como un premio de consolación», explicó la actriz entre risas.