El animador de «Contigo en la mañana», Julio César Rodríguez, se refirió este lunes a pasajes de su vida y su actualidad en televisión.
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En entrevista con La Cuarta, el conductor del matinal de CHV señaló que nunca pensó en que se haría conocido, indicando que «nunca pensé en trabajar en TV viviendo en Hualpencillo».
«Mi infancia fue feliz, entre Hualpencillo y Lorenzo Arenas (Región del Biobío), criado por tres mujeres: mi mamá, mi abuela y mi madrina que no tuvo hijos. Fui de niño muy regalón y creo que tengo muy desarrollado mi lado femenino por ellas», relató.
Sobre como le iba en el colegio, indicó que «me iba muy bien, pero era un mateo atípico porque jugaba en la selección del colegio».
«Yo gané el premio al mejor alumno de la generación. Y saludé como la Bolocco, lo hacía por mi mamá, que se sentía orgullosa. Era mi manera de retribuirle», expresó.
Respecto a los inicios de su vida laboral, recordó que «empecé a trabajar desde primer año en Periodismo, en lo que venía por lo de Pablo, hasta que en tercero me estabilicé y dieron pega editando, leyendo y calificando libros».
«Entienden que soy un tipo súper normal»
Julio César Rodríguez se refirió además a su presente en la televisión y en cómo cree que lo ve la gente.
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En ese sentido afirmó que «entienden que soy un tipo súper normal, demasiado corriente quizás. Y cuando me escuchan hablar, se escuchan ellos. Siempre me dicen: ‘preguntó lo que yo estaba pensando’ o ‘dijo lo que quería decir’ o ‘le pasó lo mismo que a mí'».
Consultado si las personas buscan un rostro cercano, manifestó que «la gente está cansada de mirar para arriba a todo el mundo. Lo último que quiere es prender la TV, seguir mirando para arriba, y ver a alguien falso, alegre de nada, adulador al peo, buenito, con los dientes ultra blancos, y vendiendo que es generoso».
«Esa vendida de pomada fue por mucho tiempo para salir bien en los estudios y ser querido. Hoy las personas demandan gente real, que no sea chistosa en pantalla y a la salida unos conch…», agregó.
Sobre su presente en la TV, Rodríguez aseveró que «estoy en una etapa en que no me traiciono. Eso me deja fluir y ser espontáneo. No le debo favores a nadie. Nunca he tenido pituto para ningún trabajo».
«Los golpes de la vida me han hecho el hombre que soy. Uno es su historia y punto. ¡Me he aprendido a aceptar como soy con tantas cosas malas que tengo y unas pocas buenas!», remató.