Tras el enorme éxito alcanzado con «La once», sobre un grupo de mujeres de la tercera edad que se sigue juntando varias décadas luego de salir del colegio, y «Los niños», donde se muestra a un grupo de adultos con síndrome de Down que asiste a una escuela especial, la documentalista Maite Alberdi tenía la misión de encontrar una historia tan fascinante y real para contar. Y la consiguió en el más impensado de los lugares.
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Inicialmente, la realizadora se interesó por el oficio de los detectives privados, pero terminó eligiendo a un particular personaje en una aún más particular labor. Sergio, un hombre de 83 años, se infiltra en una casa de reposo en El Monte con el fin de saber si una de las internas sufre o no de robos y malos tratos al interior del hogar.
La cinta parte con altas cuotas de humor, pues el experimentado detective privado Rómulo debe encontrar a un postulante ya mayor, pero que sea capaz de usar la tecnología -desde WhatsApp a lápices y anteojos con microcámaras- con gran habilidad y mayor discreción. Tarea titánica para una generación que creció cuando sólo existía la radio. «La realidad es más inverosímil que la ficción. Uno dice, ¿cómo pasa esto?», comenta Alberdi sobre los casi ridículos contratiempos que se viven en la incipiente nueva carrera de Sergio.
El corazón de Sergio
Es en ese escenario que el improvisado investigador, quien debe vivir tres meses en el hogar, va entendiendo este mundo y comienza a involucrarse enormemente con quienes viven ahí. «Sergio mismo es el peor espía del mundo, porque le empieza a importar nada su pega en los términos en que hoy se entiende a un espía». Entonces, Sergio pasa de ser aspirante a Sherlock Holmes a ser un amigo de los residentes que observa atentamente sus distintas historias. «Es su personalidad la que hace que mi película cambie, porque los casos que yo había visto con el infiltrado anterior (quien fue parte de otra investigación), él hacía su pega y se iba a la casa», cuenta la directora. «Acá Sergio terminó tomando un bus una vez al mes para ir a ver a sus amigos».
Es así como entre risas y descubrimientos de Sergio, la producción va dando espacio a lo que ocurre realmente en el lugar: la soledad y abandono de quienes ahí viven. «Con la excusa del policial, de lo absurdo y de las contradicciones que son cómicas te puedes meter en un tema que si uno lo empieza a ver directo, sale corriendo», dice Alberdi y explica que su viaje similar al de Sergio y del espectador: «Fue así como también llegué a conmoverme (con el tema). No partí diciendo ‘Quiero ver cómo viven las personas al interior de una residencia'». Es más, Alberdi asegura que finalmente «no importa tanto el caso porque a Sergio no le importa tanto el caso. La historia va mutando hacia donde él pone el corazón y donde él pone el foco».
consiguió muy buenas críticas tras su debut en Sundance y dejó rendidos a medios como Variety, The Hollywood Reporter e Indiewire, además del director Darren Aronofsky («El cisne negro», «Requiem por un sueño») y se puede ver desde mañana en las plataformas digitales de los cines (http://www.cinemark.cl/cineonline)