Katherine Hiegl está de vuelta. Porque la actriz que saltó a la fama por su rol de Izzie Stevens en «Grey’s Anatomy» tiene su propia en Netflix y es un hit. Heigl protagoniza junto a Sarah Chalke (Elliot Reid en «Scrubs») «El baile de las luciérnagas» producción que desde su debut hace 10 días no ha bajado del número cinco en el Top 10 del servicio de streaming. Éxito que había sido escaso para la actriz tras su bullada salida de «Grey’s Anatomy».
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Pero su nueva serie engancha gracias a una historia que ha resonado rápidamente: se muestra la vida en distintas etapas de dos amigas desde la adolescencia. Eso, a pesar de ser diametralmente opuestas en todo sentido.
Tully Hart (Heigl) se crió con su abuela, pero ya en la secundaria su madre hippie decidió que era hora de que vivieran juntas.
El problema es que la mujer estaba más preocupada de drograrse que de compartir con su hija.
Por su parte, Kate Mullarkey (Chalke) es una joven retraída que no tiene amigos. Todo eso cambia cuando Tully llega a vivir en su barrio. Desde ese momento comienzan a compartir todo: desde complejas vivencias a cosas simples. Esto genera una amistad inquebrantable, que incluso raya en la codependencia.
Es así como a través de constantes cambios en los tiempos de la serie vemos cómo Tully y Kate buscan trabajar juntas como comunicadoras durante los años 80 y también cómo terminan con vidas muy distintas. Kate tiene una familia, pero se está divorciando y lucha por volver a trabajar. En tanto, Tully se niega a amarrarse sentimentalmente con alguien, pero tiene una exitosa carrera y su propio programa de TV llamado «The Girlfriend Hour», o La hora de las amigas. Obvio.
Mala fama
Hubo un momento en que Heigl tenía el mundo a sus pies. Izzie Stevens era adorada por el público y por la crítica: ganó un premio Emmy y una estatuilla del Sindicato de actores. Además, todo estaba dando para que se pudiera convertir en la gran actriz de comedias románticas de su generación, con éxitos como «Ligeramente embarazada», «27 bodas» y «La cruda realidad».
Pero todo eso cambió cuando empezó a hacer declaraciones y tomar decisiones que generaron demasiados anticuerpos en la industria. Primero, se quejó de que la muy querida «Ligeramente embarazada» era sexista y luego decidió retirar su nombre de los postulantes al Emmy porque consideraba que el material escrito por los guionistas de la serie no había sido suficientemente bueno. Eso le valió una complicada salida de la serie. Y, claro, más adelante protagonizó «La cruda realidad», aunque la película era abiertamente sexista.
El regreso
A grandes rasgos, estas controversias empañó su carrera y, aunque se mantuvo trabajando, tanto Hollywood como el público la dejaron de lado. Sobre lo ocurrido, comentó hace unos días al Washington Post: «Puedo haber dicho un par de cosas que que no gustaron, pero eso escaló a ‘es malagradecida’, luego eso escaló a ‘ella es difícil’ y eso escaló a ‘ella es poco profesional’ «, dijo y agregó, «¿cuál es tu definición de difícil? ¿Alguien con una opinión que no te gusta? Ahora tengo 42 y esa m****a me enoja».
Pero todo eso parece haber sido olvidado. Si bien la crítica no adoró la serie, sí lo hizo el público y se espera la renovación para una segunda temporada. La misma Heigl, ahora morena como Tully y lejos del rubio de Izzie, comentó a E! Newssobre «El baile de las luciérnagas»: «Llegó el guión y fue como ‘Oh, dios, esto es hermoso y es justamente lo que había estado buscando». Y, dados los buenos resultados, puede que haya tenido razón,