En enero pasado, un nuevo escándalo sacudió a la realeza británica. Esta vez fue por Simon Bowes-Lyon (34), un primo tercero de la reina Isabel II, quien admitió haber acosado sexualmente a una mujer en la residencia de la familia Bowes-Lyon, en Escocia, por lo que se enfrentaba a una pena de cinco años en prisión.
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Según consta en el proceso, el aristócrata fue acusado de irrumpir en el dormitorio de una invitada de 28 años mientras dormía, tras una celebración en el castillo de Glamis, pero para sorpresa de los británicos, solo fue condenado a sólo diez meses de prisión.
El ataque sexual ocurrió en febrero del año pasado, cuando Bowes-Lyon atacó a su víctima durante 20 minutos. La mujer denunció que, tras ingerir grandes cantidades de alcohol, le levantó el camisón, la empujó contra una pared y la toqueteó.