Nueve años han pasado desde la emisión original de “Dama y Obrero”, la segunda teleserie nacional del horario de la tarde emitida en Chile. Protagonizada por María Gracia Omegna y Francisco Pérez-Bannen, la historia trataba sobre un romance entre una ingeniera y un obrero de la construcción, revelando un profundo choque de clases sociales. Este lunes, fue emitido, con bastante éxito, el último capítulo de su retransmisión.
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Y al respecto, Omegna conversó con «Los Reyes del Drama» y se confesó, comentando el rechazo que le produjo realizar este teleserie cuando fue invitada al proyecto.
“Lo peor que te podía pasar era que te manden a una teleserie de las 3 de la tarde. Me acuerdo que cuando me dijeron, mis compañeros del canal me daban sus condolencias”, recuerda. Sin embargo, confiesa que una vez iniciada las grabaciones se dedicó a pasarla bien con este formato tan melodramático y que le recordaba un poco a las teleseries mexicanas o venezolanas de antaño: “Lo terminé pasando increíble, fue un hitazo. Fue muy abrumador. Nunca he sido tan famosa como cuando hice esa teleserie”, comenta.
«No me daban ganas de salir a la calle»
En esta producción, original de José Ignacio “Chascas” Valenzuela, María Gracia personificó a Ignacia Villavicencio, una joven ingeniera que sufría los maltratos de su prometido interpretado por César Sepúlveda. Fue tal el éxito de esta teleserie, que por primera vez María Gracia vivió en carne propia lo que significaba ser famosa: “No me daban ganas de salir a la calle porque todo el mundo quería fotos, me gritaban cosas. Era muy abrumador. Antes me molestaban, pero nunca tanto como en esa teleserie que hizo que me quedara más en la casa”, manifiesta.
Dentro de la intensa trama de la teleserie, el personaje de María Gracia se enfrentaba no solo a los maltratos de su pareja, sino que también veía como éste se involucraba sentimentalmente con su madre y su mejor amiga, lo cual eran ingredientes que la hacían más sabrosa para los espectadores: “Era tan culebrón que era muy divertido hacerla. Era como “La maldita lisiada”. Era desgarrador, tan sufrido este personaje que me sentía realmente trabajando. Porque cada día era ¡¿cómo construyo esto?!”, finalizó.