La actriz Tamara Acosta fue la nueva invitada a «De tú a tú», el programa de Martín Cárcamo en Canal 13.
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Cárcamo le hace recordar a la actriz el momento en que revela que padece depresión endógena, en una entrevista hace 20 años. Tamara confirma que fue en su adolescencia, a los 13, 14 años.
Dice que sentía, “mucha tristeza, mucho sin sentido, el sentir que nada tiene sentido. Me sentía muy sola, me encerraba harto, lloraba harto –sola- sin saber por qué. Por una pena profunda que podía durar meses. Y después durante mucho tiempo, hasta los 30, por un episodio de depresión mayor, me diagnostican una depresión recurrente. Ahí sí era sin poder moverse, con crisis de angustia, crisis de pánico y sin poder levantarse de la cama. Ni siquiera te puedes levantar, bañarse es como subir el Everest. Y la sensación de que no quieres estar en la vida. El dolor es tan grande que uno trata de que cualquier cosa que aplaque ese dolor es mejor que esto”.
-“¿Pensaste en el suicidio?”, pregunta Martín
“Sentí ganas de no estar. No pensé como, voy a hacer esto para no estar y suicidarme, pero sí algo que me aliviara… y si hubiese tenido algo que me aliviara, sí. Y ese es el peligro de las depresiones, que terminan en suicidios porque no se soporta”, responde Acosta.
-“¿A qué te refieres con algo que te aliviara?”, insiste Cárcamo
“No planifiqué un suicidio pero recuerdo haber ido manejando y haber pensado -y tener las ganas- de soltar (el manubrio). Y tuve la lucidez de decirme a mí misma, ‘chuta, ojo’. Ahí me internaron, estuve unos días en una clínica porque yo llamé al psiquiatra y le dije, ‘está grave la cosa, estoy con pensamientos suicidas’. Y ahí es cuando me regulan los medicamentos, pero fue lo que me salvó”.
Y agrega, “cuando empiezas a sentirte un poquito mejor, es como nacer de nuevo. Empiezas a palpar la vida, nuevamente. Pero uno viene como salido de una operación a corazón abierto, hecho mierda”.
Depresión posparto
“¿Qué te pasa cuando vez por primera vez a tu hija?”, le pregunta Martín. Tamara responde: “Es loquísimo, yo dije: ¿quién es esta persona? Es un amor infinito”.
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Y agrega, “empecé a sentir mucha angustia, mucho miedo, aparte de este amor infinito, eran las dos cosas mezcladas. Una ambivalencia terrible una sensación de catástrofe, un miedo a que pasara algo. Es una sensación rarísima que tiene que ver con la depresión de un parto, básicamente, una sensación como que iba a suceder algo terrible, en general (…) Yo creo que pasé un mes con la guagua en brazos y como aterrorizada, no me podía mover, como dando teta petrificada de miedo. Y sin soltar a la guagua, ni siquiera se la soltaba al ‘Tebi’ (su marido). Me daba miedo soltarla, me daba miedo dejarla, dejarla en la cuna”.
Tamara cuenta que teniendo depresión de base era más probable que le viniera una depresión posparto. Martín le pregunta cómo se sale de este tipo de depresión, ella responde que con medicamentos, de esa forma uno puede seguir amamantando.