En «The Crown» un atractivo oficial de la armada se apropia del corazón de una futura reina, pero se irrita al tener que ser el segundón y va contra los límites del decoro y, quizá, la fidelidad. Eventualmente se convierte en una pareja confiable y patriarca.
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¿Cómo se compara el retrato del drama de Netflix del príncipe Felipe, quien murió el viernes a los 99 años, con el hombre de la vida real y la vida que tuvo col la reina Isabel II?
El príncipe Felipe vivía a la sombra de su esposa y lo mismo pasa con Felipe en «The Crown», como lo deja en claro el título. Pero algunos episodios crean un retrato más completo del hombre, o al menos el personaje (interpretado por Matt Smith cuando joven y Tobias Menzies más adelante, así como Jonathan Pryce).
Peter Morgan, creador de la serie que está en una pausa antes de que su quinta y penúltima temporada sea estrenada en 2022, dijo que «The Crown» es producto de investigación histórica e imaginación, e incluye escenas que no deben ser tomadas en cuenta como hechos.
Al no tener una confesión de todas las partes involucradas, por ejemplo, no sabemos si Felipe fue tan rígido en su educación con Carlos como fue sensible con Ana, como lo presenta «The Crown». O qué pensar de los atisbos de infidelidad marital que presenta el drama sobre Felipe.
Hasta ahora la serie ha llevado a Felipe hasta la mediana edad, cubriendo sólo la mitad de los casi 100 años de vida del príncipe. En «The Crown» también faltan los momentos sin remordimientos en los que decía frases explosivas sobre mujeres y personas de color.
Pero hay aspectos de la vida del príncipe nacido en Grecia que son comparables a la versión ficticia, que es retratada en «The Crown» bajo una luz principalmente favorable: Un espíritu atrevido e incansable, dedicado hasta el final a sus deber y a su devoción a la reina y su país.
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Pleitos domésticos
En «The Crown»: Reticente a renunciar al privilegio masculino tradicional, Felipe quiere que sus hijos lleven su apellido (Mountbatten), no el de Isabel (Windsor). La respuesta es no.
Cuando muere el padre de Isabel, el rey Jorge VI, y ella asciende al trono, Felipe abandona el servicio militar por el papel de consorte real. Tras esto surgen pleitos con Isabel, incluyendo su reticencia a arrodillarse durante la coronación.
Al final encuentran el equilibrio y Felipe resulta ser una valiosa mitad de un matrimonio afectuoso.
En realidad: Cuando Felipe perdió la lucha para usar el apellido Mountbatten para la familia, de acuerdo con el libro de Gyles Brandreth sobre la pareja real «Philip and Elizabeth: Portrait of a Royal Marriage», se quejó «no soy nada más que una maldita amiba» al considerarse un hombre incapaz de dar su nombre a sus hijos.
Ocho años más tarde se decidió que los descendientes de la pareja real usarían un apellido compuesto, como Archie Harrison Mountbatten-Windsor, el hijo de Harry y Meghan.
Haya protestado o no, Felipe se arrodilló ante la recién coronada reina en 1952 y se comprometió a convertirse en «su servidor para la vida y de culto terrenal».
En el 50 aniversario de su boda, Isabel lo llamó «mi fortaleza y mi permanencia».
Hombre de acción
En «The Crown»: En 1969, Felipe está absorto por la cobertura en televisión de la llegada del hombre a la Luna busca nuevas emociones. Tras actividades reales comunes en fábricas dentales y textiles, el príncipe entrenado como piloto de avión tiene la oportunidad de tomar el control de un jet privado.
Él lleva el avión al límite del espacio, y mientras el piloto protesta que la aeronave retumba en su límite, Felipe le responde: «Quizá, pero mira, también vivimos, tan solo por un minuto».
Al reunirse con astronautas estadounidenses cuando visitan Inglaterra como parte de su vuelta de la victoria, Felipe les dice que su posición y matrimonio impidió que hiciera «las cosas que me habrían gustado como hombre, como aventurero».
En realidad: Durante la Segunda Guerra Mundial, Felipe tuvo acción real al rendir servicio en buques de guerra y destructores. Fue condecorado y a los 21 años alcanzó el rango de primer teniente en la Armada Real.
Aunque tenía una agenda llena de compromisos reales y encabezó cientos de organizaciones caritativas, aprendió a volar en la década de 1950 y era un jugador ávido de polo, además de navegar yates, pintar y coleccionar arte. Todavía conducía autos a los 97 años, pero lo dejó tras volcar su camioneta Land Rover en un choque.
Hombre de fe
En «The Crown»: A Felipe le piden que apruebe la creación de una especie de retiro espiritual en los terrenos del Castillo de Windsor para un clérigo que necesita inspiración en la mediana edad. Él ridiculiza el plan como «aire caliente», pero está de acuerdo y termina encontrando consuelo en esta versión de terapia de grupo para caballeros.
«¿Cómo está tu fe?» recuerda que su madre le preguntaba preocupada. Entonces le cuenta al grupo y a su decano: «Estoy aquí para admitir que la he perdido … vengo para decir ‘ayuda'».
En realidad: Robin Woods, el entonces decano de Windsor, propuso crear St. George’s House en 1966 y Felipe se convirtió en su cofundador y entusiasta recaudador de fondos, de acuerdo con un libro que acompaña «The Crown» del historiador Robert Lacey. El centro realiza debates sobre asuntos contemporáneos, dice su sitio.
Woods y Felipe fueron amigos toda la vida, y el príncipe solía hacer comentarios a sus sermones en la Capilla de San Jorge en Windsor. El funeral de Felipe se realizará ahí el 17 de abril.
Bautizado bajo la iglesia ortodoxa griega, aunque creyente anglicano y casado con la máxima autoridad de la Iglesia de Inglaterra, Felipe era un visitante de Monte Athos, una comunidad monástica y santuario religioso en Grecia. Los líderes de varias fes en Gran Bretaña dijeron que tenía un gran interés en asuntos espirituales. Su escudo de armas dice «Dios es mi ayuda».
En el equipo Diana
En «The Crown»: Cuando Diana Spencer es presentada en una reunión familiar en el Castillo de Balmoral en Escocia, ella y Felipe congenian durante un día de cacería y él apoya su matrimonio con Carlos.
La relación de Carlos y Diana se vuelve amarga y Diana le dice a Felipe que está considerando separarse de su esposo y de la familia real, que le parece insensible. Felipe la previene contra tomar esa decisión y le presenta otra perspectiva: Todos son externos fuera de la reina: «la persona, la única persona que importa» es ella, le dice.
En realidad: En cartas entre Diana y Felipe que supuestamente fueron filtradas, Flipe apoya a Diana y critica a su hijo por su relación extramarital con su ahora esposa Camila.
Pero tras las declaraciones de Diana en una entrevista de televisión franca y una biografía reveladora, el tono de Felipe al parecer se volvió más severo y él escribió que ella debía «encajar» o dejar la familia.