En «Luis Miguel, la serie» la actriz Macarena Achaga interpreta a Michelle Salas, la hija de Luis Miguel. Algo que no tiene demasiado sentido si se recuerda que Diego Boneta, el protagonista de la serie de Netflix, tiene apenas un año y tres meses más que ella. «Es chistoso que hayamos coincidido en este proyecto como padre e hija», dice vía Zoom y agrega: «Teníamos un poco de susto de hacerlo. Pero he visto escenas y digo ‘OK’, les creo el vínculo».
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Para complicar más las cosas, Achaga conoce a Michelle. «Nos hemos visto en Nueva York, hemos salido a bailar. Todavía no hemos hablado del resultado», dice y explica, «Traté de entender que era una versión de guiones que está basada en la historia de Luis Miguel y no de Michelle». «Para mí lo más importante es que generara empatía», agrega sobre su rol.
El carmenere de Chile
En el cuarto episodio de esta temporada su personaje y el de Boneta hablan tanto de vinos como de Chile, donde Achaga grabó «Sitiados». «Yo viví en Chile un buen rato», dice recordando ese período. «Estuvo muy lindo, la verdad. Tengo mucho cariño por el carmenere gracias a Chile. Cuando estábamos en esas escenas y hablábamos de esas cosas yo decía, ‘Ay, el carmenere’. Me hacía la que sabía, me acordaba de esas cosas de Chile», dice divertida.
Pero más que el vino, en estos días lo que importa más a los seguidores de esta producción de Netflix es la incipiente relación entre Michelle y Mauricio Ambosi (Fernando Guallar), un estrecho colaborador de El Sol de México. Sobre el tema, la actriz explica que con los demás personajes con los que se relaciona su personaje en la serie -su mamá y su papá- hay puro drama. Pero ese no es el caso con Mauricio. «Con él se relaja y se divierte. Tiene esta intimidad que no puede tener con nadie».