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Miguelo y su quiebre con el Negro Piñera: “No sé si lo volvería a abrazar”

Miguelo habló de la época en que fue socio del hermano del Presidente. Resulta que cuando estuvo preso, el Negro no lo fue a ver a la cárcel.

Miguelo en la entrevista.

Miguelo (Miguel Esbir, 64), el cantante que en los 80 fue un suceso con sus canciones “Colegiala” y “Filo Contigo”, recibió a Martín Cárcamo en el programa De tú a tú de este martes 25. El cantante le contó sobre el accidente de su hijo Sebastián. Eso cambió su vida. También habló de su quiebre con Miguel Piñera, el hermano músico del Presidente. Hoy es consuegro de Joaquín Lavín.

El artista recordó que con el Negro fueron socios en el Entre Negros. Cuando él se fue preso por las firmas de unos cheques, Miguel Piñera no lo fue a ver a la cárcel. Sí fueron las hermanas de Esbir y su exesposa Ana María Cummings. “Nunca más (lo ví). Lo he visto en la televisión. Yo soy caballero, así que si nos vemos nos vamos a saludar, pero no sé si lo abrazaría”, dijo.

Definió su sociedad con Miguel Piñera como una época oscura, que empezó justo después del accidente de su hijo. “Me acuerdo que fui a dar una vuelta al Seriatutix. Para ver otras cosas. Después el Negro se fue a meter allá y dije ‘hagamos una sociedad’. Estaba esperando una cosa así, porque quería escaparme de algo. Sufría de escapismo. Me pegué un bypass como de seis años para volver a mis valores. Toqué fondo”, dijo.

De acuerdo con sus remembranzas, en esa época había “mucha fiestoca que no llegaba a nada. Más encima hacía deporte. Las dos cosas. Muy enredado. Pasaron esas cosas para ser la persona que soy ahora. Menos mal que pasé”. A eso añadió que “vamos haciendo salud y tomando gratis”.

En la cárcel

Recordó que en 2004 todo empeoró. “Cuando estaba el Entre Negros muy mal y yo trataba de tirarlo para arriba, me contrataron del Hotel O’Higgins para ir a cantar. Estuve como un mes en el hotel. Dejé botado el negocio. Se quedó una persona a cargo. Alguien falsificó algunos cheques que tenía yo. Falsificó mi firma y cargaron contra mí. Me fui detenido tres días”.

Dijo que “me llevaron a la cárcel de Valparaíso. Y me iba a quedar ahí. Yo no conocía la cárcel de Valparaíso. No la quiero conocer tampoco. Me gritaban desde las ventanas ‘Colegiala, Colegiala’. Esa misma noche me trajeron a Santiago y estuve hasta que se dieron cuenta de que las firmas no eran mías y no tenía nada que ver. Igual estuve tres días”.

Entonces reflexionó. “Ahí me di cuenta de que calle Suecia a la cresta. Nunca más estas amistades. y cambié de switch. Me fui a Concón. Me hice muchas preguntas. Qué de mal hice. Sirvió mucho de experiencia de cosas que no voy a volver a hacer. No cuidarme, ser tan confiado”.

Miguelo y su hijo Sebastián

El artista recordó el accidente que sufrió su segundo hijo, Sebastián. Se cayó a una piscina. “Un día sonó el teléfono de mi oficina y me dicen que Sebastián había tenido un accidente, tipo 10 u 11 de la mañana. Tenía 3 años y medio. Era noviembre. Ahí empezó otra vida. Otro cuento y otra historia para todos nosotros”.

Según su memoria, el niño “va a buscar una pelota, se cayó a la piscina y no pudo salir. Las trabajadoras no se dieron cuenta. Estuvo mucho rato. Alguien se dio cuenta. Yo tengo momentos medio borrados ahí. Lo declararon muerto y le pusieron una máquina para respirar. Todas las cosas que había que hacer y de repente empezó a respirar de nuevo”.

Su hijo ahora

Ha pasado el tiempo y Sebastián hoy tiene 30 años y quedó con secuelas. “Me quedé como un mes en el pasillo de la clínica. Tengo momentos medio borrados ahí también. Cuando abrió los ojos me conoció. Estaba muy alegre. Pero iba a quedar con secuelas. No importa. La cosa es que está viviendo. Todo el mundo nos daba como ánimos y fuerza y yo decía ‘fuerza de qué’”.

Entonces recordó que “lo llevamos a Cuernavaca y estuvimos no sé cuánto tiempo. Lo operaron de los tendones y vivimos otra etapa que llegó a la casa. Era un regimiento el que lo ayudaba. Fue algo muy fuerte. Yo hacía cosas estúpidas, como recoger leña en verano. Huevás raras. Me rebelé. ‘De qué Dios me estai hablando’. Pero al que le pasó el accidente fue a él. No tengo derecho a juzgarme tanto y vamos saludándolo, aprovechándolo”, dijo Miguelo

Así que Miguelo concluyó “es un niño muy valiente. Se ha comido los dolores físicos y es un niño que se le ve feliz. Tiene 30 años. Es todo un hombre. El más valiente de todos”.

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