«Virgen a los 40». Así se titula la carta en la que Gerardo Varela critica duramente a Gabriel Boric. En el texto, publicado por El Mercurio, el exministro de la cartera de Educación dijo sobre el candidato presidencial que «la incógnita es si está maduro para ser presidente». Cabe recordar que Boric tiene apenas 35 años.
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Varela comentó, «fueron jóvenes (Miguel Kast, Hernán Büchi,etc.) los que sentaron las bases de nuestro desarrollo. Tenían algunas diferencias con don Gabriel eso sí. Todos habían terminado sus carreras profesionales -incluyendo posgrados- sometiéndoselos a niveles de exigencia intelectual de primer mundo».
«Eran jóvenes con vidas de adultos que primero se formaron personal y profesionalmente y después se dedicaron al servicio público. El joven candidato pasó por la universidad entre paros y asambleas, no ha terminado su carrera, de la mesada paterna saltó a la parlamentaria», criticó.
Y agregó que el diputado del FA «no ha asumido responsabilidades de adulto pero quiere ser presidente. Él nos pide que no le tengamos miedo a la juventud. Pero no es la juventud la que quiere presidir el país, sino él, un adulto que a veces razona y se comporta como adolescente».
Varela pasó luego a los ejemplos. «Einstein desarrolló su teoría antes de los 30, pero recibió el galardón después de los 40. A los 37 años, Thomas Alva Edison presentó su primer invento, que era una máquina de votación. El Congreso de los Estados Unidos le dijo: ‘joven, si hay en la tierra algún invento que no queremos aquí es exactamente el suyo’ (…) recién pasado los años 50, Edison inventaría la electricidad y el alumbrado público».
Y luego el exministro advirtió que los jóvenes «creen que las cosas siempre van a salir bien, sin imponderables ni imprevistos». Pero no paró ahí. «El FA es un grupo de jóvenes con ideas viejas. Su aporte más novedoso es pésimo: el lenguaje inclusivo es tedioso, dificulta comunicarnos y hace imposible la poesía o literatura».
Ya para finalizar, el exministro explicó que «nadie le teme a la juventud, sino que a la ignorancia disimulada de elocuencia, a la intolerancia camuflada de empatía y a la frivolidad disfrazada de novedad». Y escribió: «El FA tiene convicciones que parecen estar inmunizadas en contra de la evidencia, el sentido común y la verdad. Sin embargo, quiere dirigir el país y tener poder sobre nuestras vidas, trabajos y familias».
