En el nuevo episodio de «El discípulo del chef», los participantes del espacio de cocina de CHV tuvieron que, entre otras cosas, preparar un pisco sour. Y en el caso del bailarín Iván «Potro» Cabrera, esta labor significó muchísimo más que juntar los ingredientes para hacer la clásica bebida alcohólica local.
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«Estoy acá con el pisco sour y para mí es sumamente importante, ya que mi papá es barman. Estudió coctelería y todo eso» partió diciendo el «Potro» antes de entrar a la parte más compleja de la historia. «Bueno, a mí no me da vergüenza para nada, porque es una historia maravillosa, pero mi papá era alcohólico. Y cuando nació mi hermano, que nació con un síndrome hipotónico -que no podía caminar-, mi papá hizo una manda que no tomaba una gota más de alcohol si mi hermano caminaba. Mi hermano caminó a los dos años y, al día de hoy, son 34 años desde que mi papá no toma una gota de alcohol».
Tras eso, siguió contando. «Tengo mucha cercanía con los cocteles, con lo que lleva todo el bar, porque mi papá es bartender. Y, obviamente, la dedicación era para él», dijo Cabrera visiblemente afectado con el tema.
Sobre eso, explicó: «Me emociono al hablar cualquier tema que tenga que ver con mi familia. Mi madre, mi padre, mis hermanos. Mi hijos, por supuesto. No quería quedar corto, así que espero no haberte defraudado», dijo. Cabrera es parte del equipo azul de «El discípulo del chef», que lidera la chef Carolina «China» Bazán.
La nueva eliminada fue la comediante Renata Bravo.