Este jueves Britney Spears recibió excelentes noticias en su lucha para recobrar su libertad tras 13 años de tutela de su padre. Esto, porque ese fue el día en que Jamie Spears anunció que está dispuesto a dejar el puesto que tiene hace un más de una década y que le permite, prácticamente, controlar cada parte de la vida de su hija.
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Lamentablemente para la voz de «Toxic», el asunto no tiene cara de que resultará tan fácil ni tan pronto. Esto, porque su padre ni siquiera dio una fecha clara de cuándo planea dejar la tutela.
De hecho, los documentos entregados a la corte al respecto están lejos de ser tranquilizadores. Es así como se expresa en ellos. «El señor Spears sigue prestando sus servicios diligentemente y no debe ser suspendido ni destituido, y menos aún basándose en acusaciones falsas».
Es más, no se habla de fechas, sino se usan conceptos nada de cuantificables, como «el momento adecuado». «El señor Spears está dispuesto a renunciar cuando sea el momento adecuado, pero la transición debe ser ordenada e incluir una resolución de los asuntos pendientes ante el tribunal», se explica.
Y las cosas se podrían volver aún más complejas. Esto, porque Jamie condiciona el fin de la tutela de su parte al pago de honorarios legales. Y esa cifra, según trascendió en medios internacionales llegaría a 2 millones de dólares. Todo con el fin de pagar a sus abogados.
«Se trata de otra posición egoísta que perjudica a Britney Spears», aseguran expertos legales. No sólo eso, esta disputa volvería más lenta el fin de esta tutela que ya lleva 13 años.