Es un lunes por la mañana y el rapero Wisin anda calmado. Llegó sonriente y unos minutos antes de lo coordinado a la entrevista con Publimetro Puerto Rico. Y, como siempre, el ‘W’ venía cubriendo sus ojos con lentes de sol.
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«¿Quieres flow tarima o flow entrevista?», preguntó el rapero antes de comenzar la conversación mañanera.
El intérprete de sencillos como «Gistro Amarillo» hizo reunión de pauta y repartió las notas que el equipo tendría que hacer. Pero, más importante aún, habló de su ascenso en el reggaetón y de cómo, de tratarse de un género que empezó en discotecas hacinadas, se convirtió en un movimiento musical que domina las ventas en Latinoamérica y muchos sectores de Estados Unidos.
Resulta que, para Wisin, esta fue la idea desde el principio: que el reggaetón se esparciera por la mayor cantidad de rincones del mundo.
«Esa fue parte de nuestra misión. Entre 2000 a 2010, el movimiento era boricua. Aunque en Panamá había un talento impresionante porque fueron precursores e iniciaron el movimiento, pero los grandes exponentes eran boricuas. Hoy todos los países tienen un exponente y una representación. No solo llevan su música, sino que llevan sus banderas en sus hombros», contó Wisin.
«Pero eso lo hace más interesante porque se convierte en un torneo mundial, un torneo amistoso, donde cada persona representa a su tierra y todos los días trata de hacer cosas grandes para representar a su gente», añadió.
El rapero recuerda cuando era un niño de Cayey mientras el género trataba de arrancarse el velo de underground. Ya para finales de la década de los 90 y principios del 2000, el dembow era el sonido primario en las calles y discotecas. El género estallaba en muchas áreas de San Juan, pero para el intérprete, también conocido como ‘El Sobreviviente’, al movimiento no se le prestaba mucha atención en los pueblos de la montaña.