Esfuerzo Pyme

María Francisca pasó de la odontología a los tragos artesanales

Es el alma de la fiesta con delivery María Sour.

Producto de la pandemia y al ver mermado su trabajo como dentista, María Francisca pasó del rubro odontológico al de los tragos. De tapar caries, de pronto esta viñamarina se vio en la obligación de buscar otra forma de generar ingresos. Y lo hizo batiendo una receta muy secreta y familiar del clásico pisco sour. Junto con la ayuda de su marido y sus tres hijas pequeñas, creó María Sour, en Instagram @mariasour.chile. Un servicio de entrega a pedido del popular aperitivo, hecho por ella misma, con actual área de reparto en Viña del Mar y Concón, y con miras a ampliarse a otras regiones. «Mis hijas me apañan en todas, hasta sacan jugo de limón. Ellas y mi marido me acompañan a repartir también», cuenta María Francisca.

¿Cómo fue la partida?

Partimos con este emprendimiento del pisco sour en abril, porque es una idea que teníamos desde hace dos años con mi marido. Primero, ofreciendo sour a los amigos y gente que ya nos conocía. La primera inversión fue súper chica, como para tantear el terreno. Compramos 60 botellas. A medida que el stock se va agotando, vamos invirtiendo.

La primera publicidad de este emprendimiento fue haciendo flayer por WhatsApp, enviándolo a amigos. “De ahí empezamos a vender, hemos ido vendiendo poco a poco. Hoy podemos decir que nos ha ido bien, es una pega que disfrutas, no es una pega del día a día, sale de la norma”, relata a Esfuerzo Pyme y Publimetro.

La receta de su pisco sour, ¿de dónde viene?

Es familiar, más bien por ensayo y error. De a poco cobró vida. La escribimos y fue quedando la receta ahí y ya estaba muy establecida cuando nos lanzamos. Al principio teníamos los típicos piscos sour y después fuimos haciendo más mezclas y sacando especiales. Ahora tenemos sangría, chardonnay y limonada para los que no toman alcohol, además de cola de mono.

Hay para todos los gustos…

Los productos los preparamos a pedido. Nuestra premisa es llevar todo fresco, que llegue helado. Es de consumo inmediato, es completamente natural y no tiene clara de huevo.

Con este emprendimiento, ¿en qué quedó tu trabajo como dentista?

Me dedico a eso un octavo de tiempo de lo que me dedicaba antes. Son dos rubros súper distintos, porque ahora la gente me busca, como para disfrutar un momento en grupo, no como cuando te buscan para el dentista. En este rubro existe el feedback, en cambio en el dentista no.

¿Cuáles son las proyecciones de María Sour?

Tengo hermanos en Rancagua y ellos están tratando de entrar con María Sour en la Sexta Región. También ampliarnos a puntos de distribución y no solo en Viña. Ir funcionando de alguna forma que no solo sea el delivery, porque en algún momento la pandemia se acabará.

En ese sentido, ¿qué recomiendas a los futuros emprendedores?

Ponerle mucho pino, estar siempre encima, estar ahí alimentándolo, que no se transforme en algo tedioso, que sea algo entretenido que te genere placer.

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