Piuke es una palabra del mapudungun que significa «corazón”. Y ya que todos sus productos los hace con el corazón y mucho amor, Osvaldo Rojas bautizó su emprendimiento de plantas y maceteros de madera como Jardín Piuke.
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La idea de plantar, cultivar y vender estos productos surgió a mediados de octubre «como una forma de subsistir al golpe económico que ha sido esta crisis sanitaria, concretándose la idea a fines de noviembre», recuerda el artesano sobre el negocio que hoy lo llena de satisfacciones y por el que pasó por altos y bajos, pero que logró superar rápidamente. Según cuenta, al principio le fue complejo fabricar los primeros maceteros «dado que debía ir probando cuáles eran las mejores medidas, la disposición de las tablas, los detalles, entre otros. Por lo mismo, desde un comienzo trabajé con materiales y productos de buena calidad, para poder entregar un trabajo pulcro y presentable. Por otra parte, no me costó tiempo tomarle el ritmo a la confección de los maceteros y al cuidado de las plantas», explica a Esfuerzo Pyme y Publimetro.
Osvaldo es de Pudahuel Sur y ofrece sus creaciones hechas con sus propias manos en ferias y vende vía online, con despacho a domicilio con cargo adicional dependiendo de la lejanía. Su cuenta de instagram @jardin_piuke es otra importante vitrina donde publicita la variedad de plantas que tiene a disposición de los clientes, como, por ejemplo, hibiscos, pinos, araucarias. En cada foto de las especies que sube a la red social se preocupa de escribir una completa descripción de ellas, desde tips para su cuidado, hasta las propiedades medicinales que poseen.
Además, explica que las plantas que tiene a la venta » van acompañadas de maceteros y con cuarzo traído de Tilama, Región de Los Vilos. Los maceteros también se pueden comprar por separado», destaca.
¿Qué sentiste cuando armaste los primeros maceteros para la venta?
Nervios, pero a la vez un gran entusiasmo y ganas de hacer las cosas bien, tratando siempre con cariño a las y los clientes. El sacrificio ha sido grande, pues este emprendimiento ha sido en gran medida financiado por mis ahorros previsionales, como una forma de reinvertir el dinero y poder tener un mejor pasar en medio de esta crisis. Es una empresa familiar donde uno se encarga de elaborar y los demás de venderlo y publicitarlo.
¿Cómo imaginas tu pyme en 10 años más?
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Tratamos de enfocarnos en el día a día. Cada semana es un desafío nuevo en donde damos lo mejor de nosotros para entregar un producto satisfactorio y a la vez subsistir cada mes.
¿Qué tanto recomiendas emprender por sí solo?
Lo recomiendo, pero después de pensarlo harto. Requiere valentía, tolerancia al fracaso y, sobre todo, disposición a aprender. Recomiendo emprender de esa forma. Es muy grato ver las caras felices tanto de clientas y clientes. Eso es tremenda satisfacción, ver cómo los demás valoran y reconocen tu trabajo. Actualmente es nuestra fuente de subsistencia en medio de esta crisis sanitaria. Ha sido de gran ayuda para el día a día, no sólo en el tema económico, sino que también en lo espiritual, pues significa una manera de sobrellevar mejor esta pandemia, manteniéndose productivo y además estando junto con la familia.
¿Cuáles son tus claves para el éxito de un negocio?
Paciencia, mucha paciencia y disposición a aprender.