El papel reciclado es el sustento de un emprendimiento que nació para dejar huella. Y ese es el gran orgullo de Aymapu y su fundador, Víctor Valestino.
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Y no es para menos, ya que este emprendimiento de la Región de O’Higgins produce 25 toneladas de papel reciclado al mes, ayudando el medio ambiente. En su modelo económico ubicaron al centro de la ecuación a los recicladores de base, pagándole más de lo que determina el mercado. Y como empresa, genera ganancias.
“En Aymapu sentimos el orgullo de pagar hasta cuatro veces más por kilo de papel a los recicladores”, asegura a Víctor Valestino a Esfuerzo Pyme y Publimetro. De los $50 a $80 pesos habituales, “nosotros le ofrecemos $400 y nos preocupamos de ellos como personas”, agrega.
-¿En qué sentido?
-Como empresa tenemos como obligación de espíritu preocuparnos por ellos. De tratar de sacarlos de sus adicciones, que muchos las tienen; reintegrarlos a la sociedad, ya que la mayoría de ellos son personas de calles y los instamos a que terminen sus estudios y que tengan acceso a poder tener una casa propia.
En la Posta Central
“Reinsertar a los viejos, como los llamo de cariño y mucho respeto, siempre fue el foco de Aymapu. Como anexo llegó el tema ambiental con el papel reciclado”, comenta este emprendedor.
Víctor explica que ese respeto y cariño por los recicladores fue nació y creció en un momento de bajón en su vida.
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Hace cinco años tenía otro emprendimiento: arreglaba computadores de instituciones públicas. “Me iba bien, pero nunca equilibré ganancias con gastos. A pesar de todo, quebré. Quedé literal y realmente en la calle. Eso me provocó una depresión fuerte y también me separé. Vivía de día en el Parque de los Reyes y dormía en la recepción de la Posta Central. Así conocí el mundo de la calle. Lo que viven y sufren”, recuerda.
-¿Cómo lo hacías para sobrevivir?
-Con lo mínimo. Recolectando latas de bebidas, papeles, cartones. Los vendíamos y con suerte hacíamos entre dos y tres lucas diarias. Estuve, así como dos meses. Sin esperanza.
Papel reciclado, vida reciclada
“Yo tuve la suerte que unos amigos me ayudaron y me sacaron de la calle. Me llevaron a vivir a su casa y me consiguieron pega: manejaba un camión. Otras personas no tienen la oportunidad que me dieron”, relata.
-Fuertes dos meses.
-Sí, y aunque suenen palabras bonitas o para la galería, no me olvido de lo vivido ni de la gente. Por eso pongo en el medio del modelo de Aymapu este aspecto de reinserción y de preocupación por las personas.
Víctor tras el volante del camión comenzó a darle vueltas a sus ganas de ayudar y también a participar en negocios como la venta de productos naturales para adelgazar.
“También comencé a participar en cursos para emprendedores. A buscar un negocio. Se hablaba mucho de economía circular y de cuidar el medio ambiente. Así me di cuenta de que el papel reciclado que se ocupa en Chile venía desde fuera y que los insumos los mandábamos nosotros”, agrega.
Papel reciclado de juguera
-¿Cómo aprendiste a hacer papel reciclado?
–Viendo tutoriales de Youtube. Fue así que empecé a fabricar papel reciclado en Chile con una juguera.
-¿Con una juguera?
-Sí, con una normal y después con una modificada.
-¿Y modificarla también lo aprendiste en Youtube?
-Estudié máquinas y herramientas en un instituto. Gracias a estos conocimientos fui creando pieza a pieza una máquina para reciclar papel. Al primer año fabricábamos una tonelada, ya estamos en 25.
Reciclado de oportunidades
Aymapu comenzó a crecer en todos los aspectos: económicamente, en su línea de productos de papel, entre ellos los cuadernos y libretas, y los recolectores comenzaron a recibir más dinero.
“Ahí me di cuenta de que los viejos recibían más plata y muchos las gastaban en adicciones. Me contacté con Senda previene y Sense para ayudarlos más. Sacarlos de los vicios, pero sin presionarlos; ayudarlos a surgir, estudiar”, relata Valestino.
A la fecha, hay veinte recicladores que en los últimos dos años han terminado sus estudios, dejado sus adicciones e incluso hay quienes postulan a la casa propia.
-Para que hayas logrado eso significa que te creen…
-Sé cómo hablarles porque fui uno de ellos. Existe un proceso de identificación de ellos conmigo, en el sentido que se puede salir adelante, y yo con ellos, que les habla alguien que vivió su vida.
Papel con semillas
Para Víctor lo económico es lo importante, pero siempre y cuando “se logre en un modelo que entregue a cada uno lo que corresponde incluyendo al medio ambiente”.
Según cálculos con una resma de papel reciclado de Aymapu se salva un árbol. Fue en ese objetivo que ampliaron su línea de productos pasando por cuadernos, material de papel y ahora último papel con semillas.
-¿Cómo funciona?
-Es papel reciclado. Libre de químicos. Biodegradable y, además, va impreso con una tinta especial, libre de ácidos, para permitir la germinación de las semillas, y que tiene también fertilizantes naturales. En su interior vienen semillas de tomate de Limache, albahaca y ají cacho de cabra. Una vez que el papel fue ocupado, se puede dejar en la tierra.
Esta idea hizo que Aymapu ganara dos veces el premio Latinoamérica Verde. Y el concepto de empresa ahora lo tiene finalista en el campeonato nacional de emprendimiento Nada Nos Detiene. “Esta es una muestra que cuando se quiere, se puede. Y eso deseo mostrarles a los viejos: si yo puedo, gracias ellos, ellos pueden gracias a lo que hacemos todos”.
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