B-Green S.A.- Certificación LEED: Construcción sustentable

El interés de Chile por la construcción sustentable aumenta, por lo que proyectos públicos y privados han incorporado el factor ambiental a través de esta certificación, que es reconocida internacionalmente y cuya esencia es superar estándares norteamericanos de confort y ahorro energético, mucho más exigentes que los chilenos.

La certificación LEED –Leadership in Energy and Environmental Design o Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental en español– es un método de evaluación de edificios verdes, a través de pautas de diseño objetivas y parámetros cuantificables. Es diseñado en Estados Unidos y evalúa, entre otras cosas, el uso y ahorro eficiente de la energía, el agua, la correcta utilización de materiales, el manejo de desechos en la construcción y la calidad del ambiente interior en los espacios habitables, el lugar donde se ubica el edificio y su entorno.

Diego Pedraza, arquitecto y socio director en B-Green S.A., empresa que se dedica a realizar asesorías en certificación LEED y eficiencia energética, menciona que este sello nace luego que en Estados Unidos se hiciera un trabajo estadístico de gran escala para identificar cómo se consumía la energía eléctrica en ese país. “Al igual que en Chile y en muchos países, se tenía la idea que los grandes consumidores de energía provenían del área industrial, y el estudio arrojó un resultado inédito que nadie esperaba: los edificios de oficina eran los que consumían más del 60% de energía, lo que generó una discusión debido a que edificios donde sólo trabajaba gente consumieran tanta energía”.

A raíz de ese estudio, en el año 2000 el Green Building Council, USGBC, de Estados Unidos –organización sin fines de lucro– “decidió construir un sistema de certificación de edificios que asegurara que hacían un ahorro de energía por sobre un caso base, que es un edificio normal, que eran los grandes consumidores identificados en el estudio”, agrega Pedraza.

El sello LEED tiene como objetivo promover y estimular la construcción y el desarrollo sustentable en el mundo, sean edificios de oficinas, residenciales, casas, barrios o comunidades enteras. Este sistema está transformando la forma en que entornos edificados son diseñados, construidos y operados; además, la participación voluntaria en el proceso LEED demuestra liderazgo, innovación, gestión ambiental y responsabilidad social.

Para el arquitecto, una buena manera de entenderlo es tomando en cuenta que “los estadounidenses tomaron las normativas y dijeron ‘¿Cómo se llama algo que supera en un cierto porcentaje para efectos de construcción de un edificio, cuidando la economía, el medio ambiente y la comunidad?’. Eso se llama LEED”.

En un inicio el sistema se enfocó en la creación de edificios sustentables que ahorraran energía, pero con el paso de los años ha ido creciendo. “Hoy hay formatos de certificación LEED especializados para colegios, hospitales, infraestructura para bodegas, data centers, edificios institucionales, construcciones industriales, para grupos de edificios, campus universitarios, retail, comercio… Puedes certificar desde la habilitación interior de un espacio hasta una torre de 40 pisos completa, o un conjunto de edificios. Ahora se puede certificar una casa, el barrio, los bomberos, la iglesia, el mall de la esquina, y para cada cosa hay un formato’’, menciona el arquitecto de B-green.

¿Cuáles son los pasos para que un proyecto sea certificado LEED?

Lo ideal es que las estrategias de diseño y construcción sustentables sean incorporadas en la etapa más temprana del proyecto, y debe considerar la participación conjunta de todos los actores, incluyendo el propietario, los arquitectos, ingenieros, paisajistas, constructores, etcétera.

Diego Pedraza explica que la estrategia de certificación para cada edificio es distinta. “Tiene que ver con la inversión que quiere hacer el mandante y la disponibilidad de ciertos materiales”. Agrega que hay una serie de estrategias de diseño que tienen que ver con: sitios sustentables; ahorro de agua (cómo el edificio gasta menos agua); que gaste menos energía y más cuidado de la atmósfera, que tiene que ver con el aire; con qué materiales lo construyo, y cómo me hago cargo de la calidad ambiental anterior. “Estos son los cinco grupos temáticos con los que bajo ciertas estrategias, y a través de ciertos créditos, se va estudiando el edificio’’.

Cuando se analiza un edificio hay que entender cómo funciona respecto del lugar donde está; qué tan buena o mala es su ubicación dentro de la ciudad o respecto del transporte público, los servicios básicos o el ahorro de agua. “Por ejemplo, reciclar el agua que desechan los sistemas de climatización y reutilizarla en el llenado de estanques de WC o para el riego de las áreas verdes. Todo ese volumen de agua cuenta para el cálculo de eficiencia y ahorro de agua”, añade Pedraza.

El menor consumo de energía es el núcleo duro de la certificación, y lo más difícil de lograr, que el edificio consuma un 20% menos de energía (10% es prerrequisito) que el caso base (un buen edificio norteamericano). “Eso no es fácil; hay que atacar el proyecto de iluminación, el sistema de climatización, y tienes que ver cómo te las arreglas para diseñar sistemas que consuman menos energía. Y eso ya es una ingeniería, es lejos lo más complejo”, agrega.

La certificación LEED también toma en cuenta los materiales que se usan en la construcción del edificio, por ejemplo, que las pinturas y alfombras sean libres de VOC’s (Volatile Organic Compound), que son elementos tóxicos que tienen los materiales de construcción y que se liberan durante toda su vida útil. 

‘’Como B-Green desarrollamos el trabajo y hacemos consultorías, pero no certificamos el edificio; eso lo hace el Green Building Council de Estados Unidos. Nosotros somos coordinadores y facilitadores, desarrolladores de templates, vemos la elección de materiales y el desarrollo del modelo de energía. Luego se sube la información a una plataforma, donde el Green Building Certification Institute es el encargado de dar la certificación’’, añade el socio de B-Green.

Beneficios de un edificio con certificación LEED

El sistema LEED, independiente de cada uno de sus formatos, tiene siempre un hilo común: certifica que un edificio fue diseñado, construido y puesto en marcha bajo ciertos estándares definidos en normativas norteamericanas.

“Por ejemplo, los edificios de oficina de Santiago van a estar por sobre las normativas norteamericanas, después de que te obliguen a tener una calidad de aire o tasas de ventilación que cumplan al menos con los estándares norteamericanos. Eso ya es tremendamente notable, porque hay ciertos ámbitos de confort que en Chile ni siquiera están normados, como por ejemplo el de calidad del aire. Si vas a un edificio certificado sabes que los sistemas de climatización, y sobre todo los de ventilación, están conectados de tal manera que te aseguras que esa calidad de aire será equivalente a la que se respira en un edificio norteamericano normado; así también la temperatura, menos emisiones de VOC’s debido a los materiales con que se construye, la orientación, cómo se protege de la radiación directa, que los sistemas de climatización no tengan en su interior refrigerantes con cloro… Nosotros trabajamos para las 2.000 personas  que están dentro del edificio y para el dueño, ya que los edificios LEED tienen un valor comercial más alto y hay compañías que los compran porque les asegura un cierto estándar, el valor de su producto está asegurado y comercialmente es más elevado que uno que no está certificado’’, explica Diego Pedraza.

Tendencia a futuro

En Chile, edificios conocidos, como la Torre Titanium y el Edificio Transoceánica, en Santa María de Manquehue, cuentan con certificación LEED; la Torre Costanera está en proceso.

B-Green comenzó hace unos cinco años a dar asesoría LEED en Chile. “Prácticamente no había nada, pero hoy somos un país bien líder en ese sentido, porque llevamos poco tiempo y tenemos una tasa de certificación alta, o sea, la gente que trabaja en este ámbito acá hace bien la pega, porque se certifican edificios y además hay una gran cantidad de edificios certificados en el nivel Plata, Oro y un Platino. Hoy se ha logrado permear el filtro máximo, que tiene que ver con el Estado. Por ejemplo, el Poder Judicial desde hace dos o tres años está en un proceso de recambio, de edificación nueva, y decidieron que toda la infraestructura que se construya iba ser certificada LEED. El Minvu y Serviu se están juntando y están certificando LEED. Hay cientos de miles de metros cuadrados que se están construyendo con una preocupación especial por el tema’’, dice el arquitecto.

Para Diego Pedraza hay una deuda con el LEED for Existing Building: Operations and Maintenance (LEED – EBOM), que tiene relación con la certificación de infraestructura existente. “No hay ningún caso de éxito funcionando en Chile y que esté operativo. En Santiago hay cientos de miles de edificios construidos sobre los que puedes trabajar; de hecho, la inmensa mayoría de la gente que trabaja en Chile lo hace en un edificio que ya existe hce más de 10 años. Eso falta, y Estados Unidos ha tenido mucho desarrollo, al igual que Europa, en la recuperación de edificios patrimoniales. En Santiago el centro está lleno de edificios que debieran recuperarse, porque los más viejos gastan más energía”.

Proyectos asesorados por B-Green

Liceo Claudina Urrutia de Lavín, Cauquenes, Región del Maule.

Tras el terremoto de 2010, este colegio quedó destruido y BHP Billiton decidió ayudar a reconstruirlo. Se debió demoler lo que quedaba, que ocupaba una  manzana completa al lado de la plaza, y B-Green participó desde un comienzo en el diseño. “Logramos un edificio extraordinariamente bueno desde el punto de vista bioclimático, porque las cuentas de energía las tenía que seguir pagando el municipio de la comuna. Se diseñó con esa realidad, con un edificio que inicialmente no iba a tener calefacción; era heavy el desafío, y llegamos a rangos de confort sin calefacción. Sólo por ganancia solar de radiación directa llegamos a los 14 o 15 grados en invierno, que es algo notable, y obtuvimos la certificación LEED. Este es uno de los mejores ejemplos de cómo desarrollando una buena arquitectura se puede certificar LEED”.

Edificio Deloitte – Rosario Norte

“Inicialmente tenía una fachada con cristales planos; empezamos a jugar con los cristales, giramos algunos, colocamos otros opacos y unos acristalados; se modificó toda la fachada, y el edificio funciona mucho mejor gracias a eso. En ese proyecto se recuperaron aguas grises de los sistemas de climatización, y con esa agua se riega el paisajismo del edificio a costo cero, y funciona perfecto. Toda esa agua va a un punto donde se le hace un pequeño tratamiento químico, cae por gravedad y se riega con esa agua’’.

 

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