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Peter Horn, CEO de Helipast: “El uso de paneles fotovoltaicos no es un mito”

El ejecutivo, dedicado a la comercialización de paneles fotovoltaicos, sostiene que el proceso ha sido muy largo y que partió –hace más de 30 años– por educar a nuestra sociedad y terminar con los mitos existentes respecto al tema.

Recién en octubre pasado entró en vigencia la ley 20.571 de generación distribuida, conocida como NetBilling. Su principal objetivo: entregar a los consumidores la oportunidad de convertirse en generadores de su propia energía, autoconsumirla e inyectar sus excedentes a la red. Y era un paso que Chile tenía pendiente hace mucho tiempo.

La tecnología fotovoltaica es la que permite transformar la luz del sol en electricidad mediante la utilización de paneles. Comercialmente funciona en el mundo por lo menos hace 40 años, y en nuestro país, Heliplast la comercializa hace 31. Peter Horn, CEO de la compañía, nos habla de su experiencia respecto al tema.

¿Cómo se genera el proceso de utilización de la energía fotovoltaica?

Desde que se inició la producción de electricidad con paneles fotovoltaicos ha habido una evolución importante. El proceso partió cuando llevamos electricidad a lugares donde no había, en zonas aisladas, donde llevar energía generaba un costo tan alto que compensaba hacer la instalación con paneles fotovoltaicos. La novedad es que ahora podemos hacerlo en lugares donde ya existe electricidad con el objetivo de provocar la autogeneración. Cuando produces tu propia electricidad en vez de pagarla a la empresa distribuidora eléctrica. Y ¿por qué? Porque quieres contribuir a disminuir el calentamiento global, porque crees en la sustentabilidad.

Si recién hace algunos meses se formalizó el uso de sistemas fotovoltaicos, ¿cómo ha sido el proceso para ustedes, que llevan más de 30 años de comercialización en el país?

Los primeros años de nuestra empresa en Chile fueron fundamentalmente de educación. Lo más difícil fue hacer entender a la gente que si instalas un panel fotovoltaico generas electricidad, porque eso la gente no lo creía. Hoy ya lo entienden claramente porque está en todas partes. Por ejemplo en las calculadoras o en ciertos cargadores de aparatos electrónicos. Entonces el uso de paneles fotovoltaicos no es un mito, sino una realidad en la que Chile está muy atrasado, porque recién el 22 de octubre pasado entró en vigencia la ley que lo regula. Recién ahora, cuando en Alemania llevan ya 20 años. La premisa entonces es que estamos atrasados 20 años.

¿Cómo funciona el sistema bajo la reciente normativa?

La energía fotovoltaica funciona con 2 tipos de sistemas: el de autoconsumo y el de inyección hacia afuera, cuando vendes electricidad. El de autoconsumo se genera (como su nombre lo dice), cuando consumes la energía que produces, en horario en que hay sol. Es conveniente para las empresas, escuelas u hogares que consumen electricidad a esas horas porque el medidor se encuentra detenido. Cuando no se consume electricidad en ese horario, se produce la inyección. Para ello usamos el medidor, que en ese momento funciona como una cuenta de ahorro de kilowatts. De manera que cuando yo regreso a casa, y utilizo electricidad, voy consumiendo ese ahorro.

¿Y qué sucede con los costos? Porque requiere de una inversión importante…

Efectivamente, no es económico. Todavía no podemos producir electricidad más barata de lo que lo hace una empresa como Chilectra (en este caso, la compañía que funciona en la RM). Debemos reconocer que es un sistema caro, la inversión es bastante alta. Estamos en costos iguales a las compañías, pero muy a largo plazo. Necesitamos un promedio de 10 años para amortizar un sistema. Debemos considerar que el promedio anual de horas útiles para carga de los paneles es de 4 horas, entendiendo que en el verano es mayor y menor en el invierno. Con el autoconsumo, entre 5 y 7 años la inversión ya está pagada, en cambio con la inyección la recuperación se produce a los 14 años. Ello porque la compañía eléctrica devuelve el 50% de lo que cobra. Entonces el cliente ideal es el que consume electricidad durante el día, donde se produce el autoconsumo porque ahí se ahorra  el 100% al no pagar. 

¿Cómo masificamos su uso, entendiendo que es un aporte importante para evitar el calentamiento global, pero que requiere de una inversión alta?

Se masifica con un aparato que se denomina microinversor. Un dispositivo normal tiene un sistema de 3 mil, 4 mil watts. Hoy podemos instalar un sistema de 250 watts. Es muy poco, pero ayuda. En un día vas a generar 1 kilowatts. Si haces esa esa inversión –que sería aproximadamente de $500 mil– tienes un sistema que genera 30 kilowatts al mes. Es poco dinero, $1.500. Pero se produce una disminución en tu cuenta y una ayuda a nuestro ecosistema. Es sembrar en nuestros niños, y en la sociedad en general, que sí podemos generar acciones concretas y no sólo actuando, por ejemplo, en forma crítica ante el sistema, ante la generación de los grandes proyectos.

¿Cómo y qué organismo controla la “venta” de electricidad?

Para vender e inyectar electricidad hay que hacer un procedimiento tanto en la SEC (Superintendencia de Electricidad y Combustible) como en la empresa distribuidora eléctrica. Es un trámite largo, que con el tiempo y la mayor experiencia deberá disminuir, recordando que el reglamento funciona recién desde octubre pasado. La SEC establece qué módulos fotovoltaicos y qué inversores utilizar; no cualquier producto es aprobado. Además tiene que ser instalado e inscrito debidamente por quien tiene certificación SEC, no puede ser cualquier persona. De todas formas hay que tener cuidado, porque hay mucho producto que se importa que no tiene la calidad y certificación requeridas. Un panel fotovoltaico debe durar 40 años, sólo su garantía es de 25. En este caso la calidad sí importa, porque además se trata de un producto que está permanentemente a la intemperie

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