La ciencia no sólo está dedicada a descubrir los grandes misterios de la humanidad. Por lo menos así lo creía Carl Sagan, quien defendía la idea de que no hay preguntas estúpidas, sino que más bien es estúpido no hacerse preguntas.
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Una idea compartida por un equipo de la Universidad de Berkeley, en California, Estados Unidos, que se cuestionó acerca de un complejo misterio ¿por qué se desabrochan los cordones de los zapatos?.
El resultado de la investigación fue publicado recientemente en la prestigiosa revista “Proceedings of the Royal Society” y en ella revelan los datos obtenidos, que podrían además de ser curiosos e interesantes, necesarios para una serie de aplicaciones.
El coautor del estudio e investigador de la U. de Berkeley, Christopher Daily-Diamond, detalló que su trabajo no debe ser tomado a la ligera. “Si puedes empezar a entender los nudos de los cordones de los zapatos, puedes aplicar lo que sabes a otras cosas, como el ADN (el material genético de los seres vivos, que está enrollado de una forma muy compleja dentro de las células) u otro tipo de microestructuras que al final sucumben a fuerzas dinámicas”.
“Este es el primer paso para entender por qué algunos nudos son mejor que otros, algo que no se ha hecho hasta ahora”, postula el investigador.
Respuesta compleja
Si bien la pregunta del estudio es sencilla, llegar a la respuesta fue bastante complejo, igual que lograron concluir.
Los autores lograron demostrar con su investigación que hay ciertos nudos débiles que siempre se deshacen y que los fuertes se deshacen pasado un tiempo variable, aunque fueron incapaces de entender cuáles son las diferencias mecánicas fundamentales entre ambos.
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La publicación aclara además que los nudos apretados estarán intactos durante mucho tiempo, pero que llegará un momento en que la unión se suelte un poco.