Los Murran habían decidido tener un día al aire libre, por lo que salieron temprano de su casa y volvieron solamente en horas de la tarde. Sin embargo, el paseo terminó con una escalofriante sorpresa: las paredes y pisos de su vivienda estaban bañadas en sangre.
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Tristan Murran, el jefe de familia, relató a ABC8 News que «no notamos nada en la puerta de entrada, pero cuando ingresamos con mi madre, enseguida vimos manchas de sangre en el piso y miramos la escalera y vimos una huella de sangre que bajaba desde el piso de arriba hacia abajo».
El susto fue grande cuando se acordaron que un integrante de la familia había quedado en la casa mientras el resto salió: el perro Oden. Sin embargo, el temor se disipó cuando vieron al can acercarse feliz a saludar a todos.
Luego de esto llegó el momento de pensar ¿qué diablos pasó en en hogar?. Y la respuesta la dio el mismo animal.
El lugar en donde se encuentra la vivienda de los Murran en el condado de Chesterfield ha sido víctima de una ola de robos, ingresando delincuentes a diversas casas del área. Y justamente algún maleante entró al inmueble, encontrándose al ovejero alemán.
«Creo que hizo su trabajo. Se dio cuenta de que alguien había ingresado en la casa y que nosotros no estábamos y que estaba haciendo algo que no tenía que hacer, y actuó», señaló Tristan.
Eso sí, precisó que «Oden es bastante grande pero nunca fue agresivo con nadie antes. Juega con los niños, los vecinos lo conocen y lo aman».
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Ante esto, la policía investiga si llegó alguna persona a un centro asistencial del lugar con heridas de mordidas, buscando dar con la identidad del intruso.