Corría 2011 cuando el fotógrafo David Slater viajó hasta la isla indonesia de Sulawesi para documentar a los macacos crestados de Tangkoko.
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El documentalista quería tomar un primer plano de los monos, pero sus esfuerzos resultaban infructuosos, todo hasta que dejó por un rato una de sus cámaras instalada en un trípode.
En un momento, el ya célebre mono Naruto se acercó hasta la cámara y a modo de selfie disparó dos instantáneas, las que posteriormente aparecieron en un libro publicado por Slater.
El fotógrafo empezó ahí su lucha, ya que rápidamente la foto se viralizó y apareció hasta en sitios como Wikipedia. Según explica El País, cada vez que Slater reclamaba la autoría de la foto recibía la respuesta de que esta no era de él, sino que del mono, que era finalmente el que la había tomado.
Ahí elevó una petición a la United States Copyright Office y finalmente le dieron la razón. Sin embargo, en 2015 la mayor asociación mundial de defensa de los animales, PETA, interpuso una denuncia en nombre del mono para que la justicia estadounidense le reconociera sus derechos como fotógrafo.
En un fallo preliminar en 2016, un juez señaló que «aunque el Congreso y el presidente pueden extender la protección de la ley a los animales tanto como a los humanos, no hay indicación de que ellos estén amparados por la Ley de Derechos de Autor”.
En el juicio, Slater argumentó que la difusión de las fotos en Internet le habían causado una gran pérdida de dinero y con el tiempo se rumoreó que incluso cayó en bancarrota y que en un momento se plateó trabajar paseando perros.
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Finalmente, según detalla el medio español, ayer se logró un acuerdo que señala que los “derechos pertenecen al fotógrafo, pero este donará el 25% de los futuros ingresos generados por la foto a organizaciones que protejan a Naruto y los demás macacos”.
Así, tras 6 años, la trama de la selfie de Naturo llegó a su fin, con un mono convertido en estrella, miles de dólares gastados en tribunales y una foto que pasará a la historia.