La isla de basura que flota en el océano Pacífico, es tan grande que podría ocupar la superficie de Francia, por eso, una campaña medioambiental busca que se le den atribuciones de un país, para ayudar a que el mundo tome conciencia sobre el daño que provoca en la flora y fauna marina.
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La iniciativa de la ONG Oceans Fundation, se apoya en el primer artículo de la Convención de Montevideo de 1993, que estipula que un país debe tener fronteras definidas, un Gobierno y la capacidad de interactuar con otros Estados.
Por ello, los creadores del proyecto ya crearon una bandera oficial para el país “basura”, sellos postales, su propia moneda e incluso pasaporte. Incluso, esta nueva nación tiene así primer ciudadano honorario, el ex vicepresidente de EEUU, Al Gore.
El político estadounidense y activista ambiental, ha manifestado más de alguna vez el problema que el plástico genera en los océanos. “El plástico está dañando los océanos y parte de él aparece en los peces que come la gente, es asqueroso”, ha dicho.
Los activistas ya ingresaron la Declaración de Independencia a las Naciones Unidas para que -si se acepta- cuando el país se cree, sea protegido por las Cartas ambientales de la organización internacional.
Incluso hay una página web en la que las personas interesadas pueden adherir a la campaña y firmar para convertirse en ciudadanos de esta «basura» de país.
