Para el chileno César Hidalgo, el único profesor hispanoamericano del Media Lab del MIT, la información es tan relevante en el siglo XXI que podría hacer predecible si Kim Jong-un usará la bomba atómica contra EEUU. En su libro “El triunfo de la información” (Debate, 2017) explica cómo todo, desde los átomos a la economía, está compuesto de información. Y habla con Metro sobre la importancia de esta en la vida de las personas.
PUBLICIDAD
Primero que todo, ¿qué es la información?
– Cualquier objetivo físico que tiene algo de orden, o de estructura, es información. Puede ser una molécula de agua, puede ser un árbol, puedes ser tú, puedo ser yo. Y de lo que habla el libro es de la dualidad entre las cosas que hacemos y el conocimiento que necesitamos para hacerlas. Desde ahí, “El triunfo de la información” trata de explicar el proceso de desarrollo económico y el proceso de acumulación de conocimiento que nosotros necesitamos para hacer todo.
Entonces, a través del conocimiento yo podría descodificar la información.
– Y no solo descodificar. Porque la información no es lo mismo que el significado. Si yo te paso un libro en chino, va a tener en principio el mismo significado que el mismo libro en otro idioma, pero no vas a ser capaz de decodificarlo a menos de que sepas chino. Pero no quiere decir que ese libro no tenga información. Incluso puedes ir a la información más simple, a los átomos de tinta que tienen este orden no aleatorio. Eso ya es información. El significado es una de las cosas que nosotros podemos transmitir con la información, pero no es la única. Cuando construyes un auto, también estás haciéndolo en base a un orden físico. Pero con él estás transmitiendo los usos prácticos de tu conocimiento.
Una solución.
– Claro, ahora puedes subirte al auto y moverte. Eso fue algo que alguien creó, que requería conocimiento, pero que no era un mensaje. Fue un uso práctico del conocimiento. Y la manera de transmitir el uso práctico del conocimiento es a través de los productos. El libro habla sobre que la prosperidad depende de este otro canal de información, que es el del uso práctico.
Y la información de los mensajes es útil porque ayuda a tomar mejores decisiones.¿Cómo se aplica eso a la prosperidad económica de los países?
– En general, hay varios problemas de información y de datos que son prevaleces en la economía y en los gobiernos. Porque los gobiernos nacen del hecho de que hay muchos problemas de información que no pueden ser resueltos con el sistema de mercado. El mercado es una manera de revelar información sobre lo que las personas hacen y quieren. Eso a través del sistema de precios. Pero no es la única manera. Hay muchas necesidades que puede tener un grupo de personas que no se van a expresar en un cambio de precios. En todos esos casos en que el mercado falla, tú necesitas datos para tomar decisiones.
«Hay muchas necesidades que puede tener un grupo de personas que no se van a expresar en un cambio de precios»
¿Y en qué fallan los gobiernos?
– El problema es que los gobiernos tienen un público muy grande, el de toda la nación. Y por eso los gobiernos tienen muchos departamentos, ministerios, oficinas. Todas ellas recolectan datos para sus misiones específicas, pero la integración de esos datos es casi imposible de hacer por muchos gobiernos del mundo. Están muy dispersos. Entonces, lo que nosotros hacemos en el MIT, es ordenar esos datos y proveer una plataforma donde estén integrados y así los gobiernos puedan tomar mejores decisiones.
PUBLICIDAD
El valor de la información
Las compañías telefónicas tienen mucha información nuestra, y el costo de las redes sociales no es monetario, sino que tiene que ver con la información que uno les da. ¿Cuál es el valor de la información?
– Hoy en día hay muchas más cosas que son medibles y por eso, traducibles en información. La Inteligencia Artificial tiene mucho que ver con eso. Hoy, se desarrollan algoritmos de Inteligencia Artificial que te predicen qué elección va a hacer la persona sobre tales o cuales opciones. Cuando tú recolectas más de un millón de click en una encuesta, te das cuenta de que las opiniones de las personas son bien transitivas, y bien predecibles.
Esa información también está en las redes sociales.
– Sí. Con la información que tienen las redes sociales se puede saber con quién interactúas y de dónde son. Cuáles son tus preferencias. Para una empresa de publicidad es súper valioso porque puede ofrecerte cosas de tu interés.
Pero esa información es privada, ¿no?
– Sí, pero eso no quiere decir que no puedan haber maneras de colaborar para poder hacer investigación que tenga servicio público. Por algo existen miles de papers que usan datos de compañías, porque se colabora. Incluso equipos de investigación dentro de las compañías han publicado los resultados de sus estudios con estos datos.
¿Finalmente, ese es el valor de los datos para ellos? Porque a Facebook, que parece ser gratis, lo que yo en realidad le ofrezco a cambio de su servicio son mis datos.
– Hoy en día el negocio de Facebook es que tiene mucha información tuya, porque cada vez que tú posteas estás dando información sobre tu lenguaje, tus gustos, tus preferencias, tu personalidad, y tú puedes hacer un algoritmo que te diga cómo eres tú. Y hay otras personas a las que les gustaría que tú fueras su cliente, y Facebook le vende la oportunidad a esas personas de que te hagan publicidad a ti.
Si yo tuviera los datos de Kim Jong-un, ¿podría predecir si es que él va a usar realmente una bomba atómica contra Estados Unidos?
– Si tú tuvieras datos del contenido de sus conversaciones, yo creo que podrías tener una predicción mucho más precisa. Pero sería hacer un trabajo de inteligencia súper fino, y probablemente esos datos no los debe tener nadie más que él y las personas en la que él confía.
Información contra la posverdad
Hoy en día hay mucho ruido en la información, y las personas tienen un acceso a ella a niveles nunca antes vistos. ¿Qué papel juega la información falsa que circula en las redes sociales?
– Por un lado, hay información falsa que está hecha adrede para conseguir ciertos objetivos. Y hay unas cosas con las que yo me he sorprendido por lo maquiavélicas que son. Me acuerdo haber visto en Facebook una noticia que compartió bastante gente, sobre el maltrato de mujeres en Arabia Saudita. Conozco Arabia Saudita y tengo estudiantes de ahí, pero sé que mucha gente no conoce nada sobre ese país. Era muy fácil mentir ahí, porque muy poca gente conoce realmente, pero han escuchado sobre ese lugar.
«Hoy en día el negocio de Facebook es que tiene mucha información tuya, porque cada vez que tú posteas estás dando información sobre tu lenguaje, tus gustos, tus preferencias, tu personalidad»
El artículo era una propaganda anti islámica, pero al contar una mentira sobre el trato a las mujeres, lo que querían los que hicieron esa noticia, de derecha, es tener a las mujeres de izquierda compartiendo la información. Así, consigues que ese mensaje de odio se esparza por un medio, el de las mujeres de izquierda, donde no es común que pase, usando este tema que es atractivo para ese grupo. Pero todo era mentira. El problema es que los mecanismos de integración de información son malos.
¿Y cómo hacer que las personas, el usuario común, hagan ese filtro de información? Porque gracias a la información falsa se han tomado decisiones como la elección de Trump, o el Brexit.
– Hay distintas falsedades. Hay cosas que pueden ser derechamente una mentira. O hay medias verdades. O exageraciones. En política eso se hace mucho. El problema de cómo hacer que las personas no compartan o no crean en información falsa es bastante difícil. Hay ahí responsabilidad personas, porque a medida de que nos educamos debiésemos ir desarrollando una manera de participar en un mundo donde todos tenemos poder editorial, poder de compartir y poder de comunicar sin las barreras que existían tradicionalmente. Antes los medios concentraban este poder, y las cosas que se publicaban eran revisadas muchas veces antes de ser publicadas. Las personas debiesen aprender esa labor editorial. Hay que empezar a dudar, a pensar quién se beneficia con la información que está siendo publicada o circulando.