Un hondureño que al parecer llevaba mucho tiempo asaltando pasajeros del transporte urbano de Tegucigalpa no pudo hacerlo porque la «pistola» encubierta en una mochila con la que pretendió asaltar a un estudiante de medicina eran un par de bananas verdes que no pudo «desenfundar».
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Nunca se imaginó el asaltante que su potencial víctima, el estudiante de medicina, a quien pretendió asaltar en un bulevar de la capital hondureña, lo «desarmaría» en cuestión de segundos al poner en práctica sus conocimientos de artes marciales.
El joven redujo al delincuente, del que no se precisó su nombre y fue entregado a agentes de la Policía, informó la radio HRN.
El modo de operar del delincuente era amenazando a sus víctimas diciéndoles que en la mochila llevaba una pistola y que la sacaría para matarlos si no le entregaban lo que les pedía.
El mecanismo no le funcionó como a otros delincuentes que han sido descubiertos en varias ocasiones asaltando con pistolas de juguete en un país donde la inseguridad es uno de los principales flagelos, aunque según fuentes oficiales la criminalidad se sigue reduciendo.