“Philadelphia” (1993), película protagonizada por Tom Hanks, mostraba todos los mitos de los años 80 y 90 hacia los pacientes de VIH y a la enfermedad en sí misma: los infectados eran literalmente unos parias que no tenían salvación y cuyo contacto debía ser evitado al máximo (a pesar de que la enfermedad solo se transmitiera por vía oral y genital). Informaciones aterrorizantes pululaban en los medios en un momento en el que apenas se sabía lo básico sobre el virus.
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Para 2017 hay más información y más acceso a tratamientos, pero también hay 36.7 millones de personas viviendo con VIH. De ellos, 2.1 millones son niños. A nivel mundial, 19.5 millones de personas han accedido a la terapia antitretroviral. Es decir, alrededor de un 53% han tenido tratamiento. Y aunque las muertes hayan declinado desde 2005 en un 48%, tan solo el año pasado hubo 1,8 millones de infectados nuevos, según información de la OMS. ¿Qué es lo que falta por hacer, existiendo tantas fundaciones y programas dedicados a prevenir y tratar la enfermedad?
Lo que falta
Desde los años 80 han existido campañas famosas para prevenir el SIDA. Para este siglo, han sido polémicas (como las de Stigma Project o la fundación AIDES, con superhéroes). También se ha invertido considerablemente para tratar la enfermedad en países de medianos y bajos ingresos: Unos 19.1 billones de dólares, según ONUSIDA. Y aunque ya no existe la tremenda estigmatización y discriminación que los pacientes de la enfermedad sufrían en los años 80 y 90, sigue sin haber acceso equitativo a los tratamientos que hacen que esta ya sea una enfermedad crónica.
La falta de respuesta inmediata, sistemas de salud desiguales y colapsados, y falta de recursos, son algunos de los factores identificados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que contribuyen a que el SIDA sea un problema de salud pública, por lo menos en los países del tercer mundo. “Las adolescentes y mujeres del África subsahariana se están infectando a un ritmo dos veces mayor que los adolescentes hombres y jóvenes de la misma edad. Violaciones de derechos humanos, atención dispar. Esto genera dificultad al acceso de servicios críticos para las poblaciones clave”, se explica la OMS en su Proyecto de Estrategia Mundial del Sector de la Salud contra el VIH, 2016–2021, cuyo objetivo es poner fin a la epidemia del Sida como amenaza para la salud pública en 2030.
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Aunque desde los años 80 la enfermedad ya es tratable y se han hecho avances en ese campo, existe la creencia generalizada de que existen vacunas o que la enfermedad puede ser prácticamente curada, sobre todo si se ve información no verificada por fundaciones o autoridades médicas en la web, y la educación sexual todavía tiene muchos vacíos de información: según los hallazgos de una encuesta hecha por Centro Estadounidense de Control y Prevención de Enfermedades en 2015 , había una carencia de educación sexual en cuanto a prevención. Y en regiones como América Latina, por cuestiones culturales y religiosas el tema es vedado en algunos sectores. De hecho, allí es donde más se dan los embarazos adolescentes a nivel mundial, a pesar de las campañas y políticas gubernamentales.
“Falta un cambio de mentalidad, en cómo se transmite esa información”, explica el infectólogo de la Universidad de Sao Paulo y Universidad Nacional de Colombia Carlos Pérez. Metro habló con él sobre cuáles son los retos que se tienen ante el SIDA en 2017.
P&R
Carlos Pérez, infectólogo/ Universidad Nacional de Colombia
¿Es el SIDA curable? Hemos visto información sobre vacunas en la web.
Es tratable, mas no curable. Ahora es una enfermedad que ya no es fatal como en los años anteriores. Existen mejores medicamentos retrovirales que prolongan la cantidad y calidad de vida del paciente. No hay ningún tipo de vacuna por ahora que prevenga el VIH. Esa es información falsa que circula por la web. No hay desarrollos tempranos ni absolutamente nada de eso. Los tratamientos antirretrovirales de hoy requieren que el paciente se tome una o dos tabletas al día, hace 20 años se requerían 20. Hoy no tienen efectos adversos y son muy seguros y también muchos acceden al tratamiento.
¿Cómo es hoy para un paciente vivir con el VIH?
La discriminación ha sido menor y vemos ahora mayor reintegración social, nuestros pacientes tienen una vida normal. También la expectativa de vida es mayor con los pacientes que toman el tratamiento. El llamado es a eliminar definitivamente esa segregación hacia los pacientes. Asimismo, el personal médico ha aprendido a no estigmatizar más a los pacientes.
¿Cree que los programas de prevención han cumplido su objetivo?
Hay una debilidad ahí: resalto que todavía hay fallas en la educación sexual que no han permitido que el uso del condón se masifique. Tenemos que enseñar que si bien esta no es la única forma, es una de las principales. También hay que enseñar a tener una buena relación de pareja y por supuesto, enfatizar en que antes de tener relaciones sexuales, se puede ir a donde cualquier consejero de salud para enfatizar en la prevención. Esa es la gran deuda con los jóvenes.
¿Ha fallado la educación sexual?
Hay cátedras que refuerzan conceptos políticos que se tienen acerca de la protección para tener relaciones sexuales sanas. Lo que puede haber fallado es que a través de las redes sociales y otros medios se refuerzan mitos y se accede a esta información errada de una forma irresponsable. Entonces, todavía tenemos circulando cosas como que los preservativos quitan el placer o que limitan la actividad sexual. Esto lleva a que muchos no los usen a pesar de reconocer que es importante.
El fracaso está en cómo transmitimos la información. En cómo transmitimos todo esto, a pesar de que la información que circula no es real. Y el gran enemigo de esto ha sido la desinformación. Y la gente a veces le cree más a Facebook que a la ciencia.
¿Cuáles han sido los logros en estos años en la lucha contra la enfermedad?
Hemos mejorado la expectativa de vida, antes te daban hasta 5 años de vida. Hoy en día esta supera los 30, 35 años. También, la integración social. Hoy en día los pacientes tienen una vida normal y también tienen acceso a los medicamentos y lo que han hecho los estados para incluir el tratamiento en sus políticas públicas, debido a los pacientes que lucharon por esto. Pero también hacen falta muchas cosas. Políticas de comunicación efectivas para la prevención, mitigar desinformación de la web con fines comerciales o tratamientos sin evidencia científica y que hacen que los pacientes abandonen su tratamiento habitual. Y, por supuesto, acceso más eficiente a la prevención.
El SIDA en números
-Solo el 53% de las personas accedieron a tratamiento en 2015. Alrededor del 70% de las pacientes embarazadas accedieron a medicinas antirretrovirales.
-El número de infectados ha declinado un 11% desde 2010.
-El año pasado murieron 1 millón de personas por la enfermedad.
-La tuberculosis es la infección relacionada con el VIH que ha producido más muertes. Para 2015 hubo 10.4 millones de casos de tuberculosis, 1.2 millones tenían VIH al momento de contraerla.