Un menor de 13 años de la ciudad estadounidense de Luisiana se fue suspendido por tres días luego que le respondiera de mala manera a uno de sus profesores.
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Demetris Payne tenía una llamada perdida, por lo que decidió llamar al número y era del establecimiento, en donde le contaron lo que había realizado su hijo, por lo que pensó en llegar a conversar con él cuando llegó a la vivienda.
Sin embargo, se encontró con el niño muerto de la risa, comiendo frutillas y jugueteando con su abuelo, por lo que decidió que este tenía que darse cuenta sobre su mal comportamiento.
«Era como unas vacaciones», señaló la mujer a CBS News por lo que le quitó al menor su teléfono móvil y no le permitió utilizar más sus videojuegos.
Pero consideró que eso era insuficiente, así que tomó una radical medida: subió una foto de su hijo a Facebook ofreciéndolo como jardinero, asegurando que haría el trabajo sin recibir remuneración alguna, como acto de ayuda a personas con menos recursos.
El niño al ver esto se río, pensando que su mamá no sería capaz de hacer eso. «Él no me creyó, a veces soy demasiado suave con él», expresó Payne, quien de inmediato comenzó a recibir mensajes requiriendo los servicios del adolescente. Y las aceptó.
Por eso, llevó casa a casa a su hijo para que fuera a cortar el pasto, arreglar jardines o a hacer lo que les pidieran los dueños de casa dentro de ese ámbito. Al final, acudió a ocho casas, y luego lo trasladó hacia una biblioteca para que estudiara.
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«Le expliqué que estas tareas no era para castigar, sino para darle una lección y enseñarle lo que es la disciplina. No importa si el profesor tiene o no razón, siempre hay que respetar a los adultos», remató la mujer.