Nikki Salgot y Collin Rose contaban los días luego de que a mediados de 2016 pusieran fecha para unir su amor para siempre.
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La pareja eligió el 14 de octubre de 2017 para contraer matrimonio, pero sus planes estuvieron muy lejos de cumplirse.
Collin trabajaba como oficial de policía y mientras investigaba una serie de robos en Wayne State University en Detroit fue asesinado de un disparo en la cabeza en noviembre del año pasado, señala Today.
Nikki quedó destrozada, pero a medida que se acercaba la fecha de la boda decidió rendirle un homenaje a su amado y llamó a una amiga fotógrafa a la que no veía hace 10 años.
La joven le dijo que quería de alguna manera conmemorar el día que iba a ser el más feliz de su vida y que quería hacer una sesión de fotos.
Nikki y Rachel Heller llegaron a un bosque cercano 10 días antes de la fecha y comenzaron a tomar imágenes en las que la joven se puso su vestido de novia y posó con la bandera de EEUU y la gorra de Collin que le habían entregado el día del funeral.
«Ella era la imagen del dolor, la resistencia, la fuerza, la vulnerabilidad y la autenticidad, todo a la vez”, señaló su amiga al describir la sesión.
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«Hubo momentos en que Nikki pisaba su vestido y comenzaba a reír. Quería capturar esos momentos para demostrar que todavía puede reírse…, Necesitaba contar la historia de esta mujer que ha perdido el amor”, apuntó.
Nikki publicó la sesión de fotos por Facebook y aseguró que su amiga “logró capturar más de lo que yo podría haber esperado; cosas que no estaba completamente segura que existían en mí”.
“Lo que no te mata te hace más fuerte. Es un capítulo en mi libro, uno muy difícil. Uno que ciertamente desearía no tener y nunca se lo desearía a nadie”, agregó.
