Todos hemos visto con indignación las imágenes de una isla en pleno Pacífico Sur, compuesta sólo por plástico, cuyo peso se calcula en 18 toneladas. Un trozo de “tierra” formado por más de 38 millones de piezas lanzadas por el hombre al mar.
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Pero ahora, aunque parece cómico, se encontró una nueva prueba del daño que estamos causando en nuestro ecosistema: una langosta, que en una de sis pinzas tiene “tatuado” era logo de una lata de Pepsi.
El descubrimiento fue realizado en Canadá, en las aguas de Grand Mañana, donde un grupo de pescadores trabajaba hasta que Karissa Linndstran, que formaba parte de la tripulación descubrió la anomalía en el exoesqueleto del crustáceo.
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La mujer dijo al medio inglés The Guardian, que lo que descubrió la impactó inmediatamente: “Parecía que era una impresión colocada en la garra de la langosta”.
Si bien aún no hay certeza de como llegó hasta la tenaza del animal la incrustación de aluminio, los científicos que analizan el caso piensan que probablemente la langosta creció al rededor de la lata que terminó al fondo del océano.
Lo que se debe analizar en este caso es la responsabilidad de nosotros como habitantes de la Tierra, y la gran cantidad de basura que diariamente vertemos en los océanos.