Hace exactamente un mes la noticia dio vuelta al mundo, un hombre argentino había sido atacado por su amante con una tijera de podar con la que le cercenó el pene y sus testículos, dejándolo en estado grave.
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La mujer, en una primera instancia alegó que era inocente y que no había sido un acto premeditado, sino más bien en legítima defensa luego que ella fuera atacada sexualmente.
Pese a ello y a las extrañas versiones que rondaron el caso, la policía determinó que la arquitecto de 26 años era completamente responsable del ataque, por lo que continuará imputada por el delito de lesiones gravísimas.
Según los nuevos detalles entregados por la fiscal de Violencia Familiar de Córdoba, Bettina Croppi, la mujer actuó con premeditación “sobre seguro y asegurándose la indefensión de la víctima».
“Ella preparó todo para ese momento. Tenía estricta premeditación”, detalló la fiscal.
De acuerdo con la información que reproduce el portal El Intransigente, con esta decisión se descarta por completo la tesis del ataque a la autora de la mutilación.
También se descarta la teoría que el hecho habría ocurrido en el marco de un juego sexual en el que habrían estado participando los protagonistas.