El cohete SpaceX Falcon 9 fue lanzado este domingo desde la estación de la Fuerza Aérea ubicada en Cabo Cañaveral, Florida. En su interior, llevaba un misterioso satélite que sería lanzado al espacio en una misión secreta.
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A pesar de que el lanzamiento fue «exitoso» y el cohete volvió sano y salvo a su lugar de origen (para ser reutilizado), el hermético satélite no pudo ser divisado en órbita y hasta ahora se desconoce su paradero. Se presume que incluso, podría haber vuelto a la tierra.
Lo único que se sabía públicamente sobre el satélite era su nombre, Zuma, que hace referencia a una playa californiana. Su función y características siempre fueron incógnitas, pues formaba parte de una misión secreta del gobierno estadounidense. Tanto así, que ni siquiera se sabe el nombre de la agencia gubernamental a cargo de la misión.
El satélite construido por Northrup Grumman, iba a despegar a mediados de noviembre, pero su lanzamiento se retrasó hasta este 7 de enero.
El que pretendía ser el lanzamiento más secreto en la historia de la compañía, resultó siendo una paradoja; es tan secreto, que los expertos no pueden encontrarlo.
Si bien su órbita no era de conocimiento público, ahora ni los expertos del Pentágono saben donde está. El Comando Estratégico del Pentágono, que monitorea unos 23 mil objetos en el espacio, informó que no ha registrado señales de un nuevo satélite desde su lanzamiento.
Dos funcionarios anónimos hablaron con la Agencia Reuters, y desde el anonimato, indicaron que el cohete Falcon 9 de SpaceX probablemente falló, y que no hay indicios de sabotaje o interferencias hasta el momento. Presumen que cayó en picada luego de ser lanzado.
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La empresa SpaceX lanzó 18 objetos voladores hacia el espacio el año pasado, y tiene por objetivo superar la cifra para este año. Es la mayor empresa privada del sector espacial, pertenece al empresario Elon Musk, quien también es cofundador de PayPal y Tesla.