«Me subí a una 110 con ropa deportiva como siempre ando, se sube un tipo de unos 60 años y teniendo toda la micro vacía se sienta a mi lado, quise pensar distinto y seguí escuchando música…».
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Así comienza su relato una joven antofagastina que cuenta cómo sufrió acoso a bordo de una máquina de la locomoción colectiva en la ciudad nortina.
La mujer afirma que aguantó la situación por unos minutos para dejar la evidencia y así no le ocurra este tipo de situaciones a otras personas, especialmente a menores de edad.
Lee el relato de la joven: