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La desconocida batalla por las Islas Malvinas y donde no estuvo Argentina

Fue en diciembre de 1914 y al frente estuvieron las armadas del Reino Unido y Alemania, en medio de la Primera Guerra Mundial.

Cuando asociamos las Islas Malvinas a aspectos bélicos, la mente de inmediato nos lleva a 1982, cuando un grupo de “preclaros” militares argentinos, que sometían a su país a una brutal dictadura, tuvo la genial idea de invadir el territorio que se mantiene bajo bandera del Reino Unido. Así estalló una guerra que al final les costó una humillante derrota y la perdida del poder.

Pero estas islas no sólo han sido testigos de este conflicto. En 1914 fueron escenarios de uno de los combates navales más sanguinarios de esa zona. Los protagonistas no fueron los mismos, pero sí se repitió uno.

La batalla de las Malvinas

El mundo se estremecía por la Primera Guerra Mundial y las potencias europeas movían sus «fichas» por todo el mapa. La Escuadra de Asía Oriental alemana, comandada por el célebre vicealmirante Maximilian von Spee, zarpó desde su base en China rumbo a América del Sur.

Spee, un hábil marinero, contaba con dos cruceros acorazados, los SMS Scharnhorst y SMS Gneisenau, y tres cruceros ligeros, los SMS Leipzig, SMS Nürnberg y SMS Dresden.

La flota germana enfiló rumbo a las costas chilenas. La marina inglesa tomó conocimiento de esta «jugada» y despachó a sus naves que se encontraban en Las Malvinas. Dos cruceros acorazados y uno ligero salieron a frenar a Spee. El 1 de noviembre de 1914 se encontraron al frente de Coronel y los alemanes no tardaron en destruir la pequeña flota inglesa. Un saldo terrible: los dos cruceros acorazados hundidos y un almirante muerto.

La noticia causó alarma en Londres, donde la Marina Real acordó venganza. De inmediato despachó una poderosa flota a Malvinas para frenar a la arremetida alemana.

Spee, victorioso, decidió apuntar a las Malvinas. Su misión sería atacar y destruir los asentamientos y la base del Reino Unido. El vicealmirante germano sabía que esto sería un gran golpe y que las islas habían quedado desprotegidas tras su victoria en la batalla de Coronel.

El plan alemán era ideal, pero Spee se equivocó. Tras el aplastante triunfo, la flota germana se relajó en las costas chilenas y tardó mucho más tiempo de los necesario en enfilar a Malvinas.

Spee apareció recién los primeros días de diciembre en las aguas cercanas a las islas. El plan era que los barcos menores desembarcaran infantería en Malvinas para tomar Puerto Stanley, mientras los acorazados ofrecían «cobertura» con su poderosa artillería.

«Retrocedan y huyan»

El 8 de diciembre Spee inició el ataque. Dos cruceros ligeros alemanes se acercaron a Puerto Stanley. Todo estaba listo hasta que en la bahía encontraron lo peor que podían descubrir: toda una poderosa flota inglesa. Dos cruceros de batalla de grandes proporciones, tres cruceros acorazados y dos cruceros ligeros. Los ingleses prácticamente triplicaban el poder de ataque de la flota germana.

Al ser informado, Spee siguió el único camino que le quedaba, dar vuelta y huir, pero los inglesas divisaron a la flota alemana y zarparon a la caza de los buques enemigos.

Una batalla propiamente tal no alcanzó ni a darse, sencillamente fue una cacería ante el poderío inglés. En cosa de horas, la flota del Reino Unido dio alcance a cada uno de los barcos alemanes, que fueron hundidos sin piedad. Dolidos por la anterior derrota, la Marina Real cobró venganza y el saldo para los germanos fue lapidario. De sus cinco naves, cuatro fueron hundidas, con un balance de muertos superior a los 1.800 marineros.

En el combate no sólo falleció el vicealmirante Spee, sino que también dos de sus tres hijos.

En esta batalla, el Reino Unido borró el mapa a la temida Escuadra de Asia Oriental del Imperio Alemán.

Las vueltas del destino. En la Segunda Guerra Mundial, el crucero pesado alemán Almirante Graf Spee fue hundido por los ingleses en la Batalla del Río de La Plata

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