El sector automovilístico alemán está viviendo una nueva crisis; se les acusa de haber experimentado con monos y humanos, mientras intentaban demostrar que las emisiones de gases de sus motores no son “tan”dañinas como se cree.
PUBLICIDAD
Según trascendió, los irregulares experimentos se vienen realizando desde 2014, afectando el sistema respiratorio y circulatorio de macacos y seres humanos al pedirles inhalar estos gases.
En un articulo publicado por The New York Times, aseguran que los experimentos tenían una duración de cuatro horas, en donde los monos eran sometidos a los gases emitidos por un auto de último modelo. El diario estadounidense expuso que el tipo de vehículo utilizado en la investigación estaba interferido con un software ilegal que manipulaba las pruebas de emisiones
Al respecto se refirió el portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert, quien aseguró que los experimentos se realizaron sin una base científica ni ética.
En un comunicado emitido este martes, el Presidente de Volkswagen indicó al responsable de las relaciones públicas de la automotora como el principal culpable del caso. En consecuencia, Thomas Steg fue destituido de su cargo.
En la misiva también aclararon que la empresa está recién “enfrentando las primeras consecuencias” por culpa del controvertido caso.
En una entrevista con el diario alemán Bild, Steg afirmó que el experimento fue autorizado sin informarlo antes al entonces director de la compañía, Martin Winterkorn. Según información entregada por diarios alemanes, el propio Steg se negó en primera instancia a esta clase de experimentos, pero finalmente cedió y aceptó que se realizaran pruebas en diez monos y 25 personas.
PUBLICIDAD
La empresa alemana aclaró en el comunicado que Steg dejará de ejercer sus funciones durante la investigación en curso.
Los experimentos, a cargo de la Asociación Europea de Estudios sobre la Salud y el Medio Ambiente en el Transporte (EUGT), fueron realizados en un laboratorio en Albuquerque, y su finalidad era determinar el daño causado por las emisiones de gases tóxicos provocadas por los motores diesel.
Angela Merkel, la Canciller alemana, se refirió al caso calificándolo de “injustificable”, y a su vez aseguró que los fabricantes de automóviles deben reducir las emisiones y no intentar comprobar su impacto a través de experimentos como este.