Estilo de Vida

Exceso de “amor carnal”: anciano fue detenido tras ser pillado masturbando vacas

Los dueños del lugar no notaron que “le gustaban tanto”.

Un octogenario fue expulsado de todas las granjas del Reino Unido tras ser pillado teniendo conductas sexuales con una manada de vacas. El hecho fue denunciado por los encargados de un parque de acceso público cercano a Londres, quienes declararon que no era la primera vez que veían a este hombre cortejando a su ganado.

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“No soy una persona violenta. Solo tengo una debilidad con los animales”, declaró el sujeto a la policía que llegó a arrestarlo.

Según consignó el portal de noticias Mirror, John Curno, de 80 años, frecuentaba las granjas locales sin que nadie sospechara el enfermo «amor carnal» de este hombre hacia los bovinos.

Los dueños del Park Lodge Farm tuvieron que denunciar un penoso hecho: pillaron, por tercera vez, a Curno con los pantalones abajo asechando a sus vacas. La diferencia, es que esta vez estaba con una mano puesta en el miembro del animal y con la otra en sus propios genitales.

Según trascendió, lo que este sujeto hacía con las vacas era una práctica más bien frecuente, de hecho, el hombre llevaba una década visitando la granja.

Una vez ya habían sorprendido a Curno, ocasión en la que no alcanzó a subirse los pantalones antes de ser visto, y cayó sobre el piso lleno de barro.

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Las hermanas encargadas de la granja declararon que en otra ocasión lo vieron con su brazo metido «hasta el hombro, dentro de la parte posterior” de uno de sus bovinos.

En una tercera instancia, trabajadores del lugar vieron al jubilado intentando tener relaciones sexuales con uno de los ejemplares, acto que duró unos 30 minutos.

«Estamos indignados, no dimos permiso a nadie para tocar o interferir con nuestras vacas, puede parecer gracioso para ti, pero son familiares, no son solo vacas”, afirmó Susan Howie, la encargada del ganado.

Según el portal británico, el hombre fue declarado culpable de dos cargos por ultraje a la decencia pública, y mientras espera su sentencia programada para febrero, la corte de Uxbridge le otorgó la libertad bajo fianza con una única condición: nunca más acercarse a una granja.

Ian Howie, el esposo de Susan, sentenció: «Asumimos que le gustaba el área y que solo le gustaban las vacas, simplemente no nos dimos cuenta de que le gustaban tanto».

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