En Borneo, una zona de Indonesia, fue encontrado un orangután moribundo, agarrado de un árbol y herido con al menos 130 heridas de balín.
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Según trascendió, el ejemplar también presentaba cicatrices de cuchillo, machete y signos de golpes con garrote. Es el segundo asesinato reportado en menos de una semana de esta especie que se encuentra en peligro de extinción.
El simio fue encontrado aún con vida por vecinos del distrito de Kutai Timur, en la provincia de Kalimantan Oriental. Era macho y tenía entre 5 y 7 años de edad, recién se había separado su madre para empezar su vida de adolescente.
El jefe de policía, Teddy Ristiawan, declaró para la agencia Associated Press que el orangután estaba vivo cuando fue llevado al hospital, pero falleció este martes luego de 12 horas de cirugía.
Al realizarle el examen de rayos X, las autoridades se espantaron, pues el simio tenía unas 130 balas alojadas en su cuerpo. Junto a eso, la autopsia reveló que tenía 17 heridas abiertas, marcas de golpes en sus manos y torso y lesiones de machete tanto en su rostro como en sus genitales.
Las heridas lo habían dejado ciego. En la operación lograron extraer 45 perdigones de su cuerpo, pero los otros 85 acabaron con su vida; eran 74 en el cráneo, 17 en el tórax y 39 en sus extremidades
A principios de febrero un caso parecido remeció a Indonesia; hallaron a un ejemplar decapitado y quemado, con múltiples disparos en su cuerpo.
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La población de orangutanes de Borneo ha decrecido considerablemente desde 1970, por lo que ahora son una especie protegida en Indonesia y Malasia.
Se estima que sobreviven alrededor de 29 mil, según la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN). Junto con la desaparición de estos simios, el 40 por ciento de los bosques en Borneo han sido talados a raíz de la expansión de los cultivos de las industrias papeleras, de aceite de palma y de caucho, amenazando el hábitat de muchas especies, incluidos estos primates.
Respecto a la investigación del caso, en su interior se encontraron restos de piña y palma, por lo que la teoría es que el ejemplar se acercó demasiado a alguna planta de producción, en donde son considerados plaga.
Según Amigos de la Tierra, una organización ecologista, las compañías que explotan palma ofrecen recompensas de hasta el 20 por ciento del salario a cada trabajador que lleve un orangután asesinado.
Por esta razón, su amenaza no es tan solo la pérdida del hábitat, pues la caza furtiva para el comercio ilegal y la expansión de las empresas ha menguado la vida silvestre en este archipiélago.