Al abogado Guido Grolle le encanta la pizza, pero solo si él mismo la pide. Durante las últimas semanas, ha sufrido un inusual pero molesto acoso: alguien le envía pizzas a su oficina durante todo el día.
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La policía alemana se encuentra investigando este caso de acoso severo, precisamente en la ciudad occidental de Dortmund.
El «bombardeo» comenzó en enero, fecha en que el abogado denunció que alguien no lo dejaba vivir con sus envíos. Sin embargo, la policía local aún está lejos de encontrar al «gracioso» culpable.
El diario Ruhr Nachrichten habló con Grolle, quien aseguró que ya ha recibido más de 100 pizzas, lo que considera “muy irritante, ya ni siquiera hago mi trabajo”.
Las pizzerías afectadas ahora lo llaman con anticipación para preguntar si realmente pidió algo. Según relató al medio local, en un día entre las 9.20 y las 9.47 de la mañana, recibió 15 llamadas para confirmar pedidos anticipados.
El hombre, en su desesperación, pidió que le revisaran su computador al pensar que podía ser un error robótico, pero no, todo estaba bien tanto en su pc y como en su celular.
Lo último que se ha sabido de este singular caso, es que el comprador anónimo ha querido variar: le ha encargado sushi, comida griega y salchichas.
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La policía en tanto se encuentra desconcertada, pues el supuesto acosador no estaría ganando nada por esta exagerada broma. Grolle tampoco, pues simplemente no acepta las pizzas.