Estilo de Vida

“Necesito un riñón”: la historia del padre que viajó a Disneylandia con una particular polera

Finalmente y luego de muchas ofertas, consiguió un donador apto para su tipo de sangre.

Robert Leibowitz, de 60 años, necesitaba urgentemente un riñón. Durante varios años debió someterse a constantes diálisis ya que sus órganos no funcionaban de la manera correcta. Cuatro sesiones semanales de cuatro horas cada una estaban empañando su vida, por lo que decidió que seguiría viviendo de forma «normal» hasta el fin de sus días.

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El soltero había fallado constantemente en su búsqueda de un nuevo órgano, pues su tipo de sangre, O positivo, dificultaba el proceso. Si bien estaba en la lista de espera para recibir un riñón, la llegada de un donante estaba estimada entre siete a diez años.

Según relató al Washington Post, Leibowitz no quería que su vida se siguiera deteriorando por culpa de su grave enfermedad, por lo que decidió vivir a concho la vida que le quedaba. Entre otras cosas, seguir con su tradición de viajar cada dos años a Disneylandia.

Los días que estuvo en el parque temático los pasó con una singular polera “Necesito un riñón O positivo”, la que además tenía su número de teléfono.

A lo largo de su travesía por el parque vio como muchas personas se acercaron para tomarse fotos con él y su característica prenda, e incluso, al llegar a Magic Kingdom se tomó una fotografía junto a una pareja quienes le aseguraron que la rompería en Facebook.

En la imagen se ve al padre llevando a su hijo en silla de ruedas, la que originalmente era para él mismo por si se cansaba.

Al cabo de 24 horas, la fotografía logró ser compartida unas 33 mil veces, cifra que se triplicó al cabo de una semana.

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En pocos días, el padre recibió al menos 100 ofertas. De ellas, unas 50 se comprometieron con realizar el debido proceso de compatibilidad.

Tres candidatos viajaron a Nueva York para realizarse estudios psiquiátricos, análisis de sangre, radiografías y pruebas de tejido, pero ninguno era compatible con la donación.

Finalmente, llegó Richie Sully, un hombre que compartía varias cosas en común con el enfermo; era padre soltero, tenía dos hijas y el mismo tipo de sangre. Viajó durante 16 horas desde Indiana hasta Nueva York en autobús para hacer su generosa donación.

La cirugía fue todo un éxito,  «si pudiéramos hacer que la gente entendiera cuán importante es, tendríamos a muchos más donantes”, expresó Sully a la cadena PIX11 de Nueva York.

«Todo el mundo tiene dos riñones. Tienes uno de repuesto, compártelo”, precisó Leibowitz.

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