Desde el 8 de febrero una nueva oleada de sismos en el parque Yellowstone, donde se encuentra el súpervolcán del mismo nombre, mantiene en alerta a la comunidad científica.
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En menos de 10 días se registraron al menos 200 movimientos de pequeña magnitud, aunque los especialistas advierten que podrían ser más, considerando aquellos que son considerados imperceptibles por las personas.
No es la primera vez eso sí que una oleada de sismos levanta las alertas y lleva a la comunidad internacional a preguntarse si esta vez es el comienzo de la cuenta regresiva para la súper erupción.
De hecho en el verano de 2017 se produjeron más de 2 mil temblores en solo 4 meses, reproduce el Daily Mail.
«El enjambre actual comenzó el 8 de febrero, con algunos eventos que ocurren por día», según la USGS, entidad que mide la actividad sísmica.
«El 15 de febrero, las tasas y magnitudes de sismicidad aumentaron marcadamente. A partir de la noche del 18 de febrero, el mayor terremoto en el enjambre es M2.9, y ninguno de los eventos se ha sentido. Todos están ocurriendo a unos 8 km (5 mi) debajo de la superficie”.
Cabe mencionar que el volcán de Yellowstone no ha hecho erupción en más de 70 mil años, lo que genera preocupación por lo destructivo que sería en caso de que ello sucediera.
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La caldera del volcán mide aproximadamente 55 por 72 kilómetros y se encuentra en la esquina noroeste de Wyoming, donde se sitúa la mayor parte del parque.
De acuerdo con un estudio de National Geografic, es probable que la siguiente gran erupción en Yellowstone se produzca en una de las tres zonas de fallas paralelas que corren en una dirección norte/noroeste a través del parque. Dos de estas áreas produjeron flujos de lava importantes durante la última vez que el supervolcán estuvo activo —hace 174.000- 70.000 años— mientras que en el tercero se produjo la mayor frecuencia de temblores en los últimos años.